Jorge y el Bosque Mágico



Érase una vez un niño llamado Jorge que vivía cerca de un hermoso bosque. Un día, mientras jugaba en su jardín, decidió aventurarse en el bosque para explorar. Con su mochila llena de bocadillos y su linterna, se adentró entre los árboles altos y frondosos.

"- ¡Qué impresionante es el bosque!" -se dijo Jorge mientras miraba a su alrededor.

Mientras caminaba, encontró un camino cubierto de hojas doradas. Curioso, siguió el rastro, pensando en qué podría encontrar al final del mismo. De repente, escuchó un suave susurro.

"- Hola, pequeño aventurero" -dijo un colibrí que revoloteaba cerca de él."¿Cómo te llamas?"

Jorge, sorprendido, respondió: "- ¡Hola! Soy Jorge. ¿Quién eres?"

"- Soy Coli, el colibrí. Este es un bosque lleno de magia y sueños. Pero cuidado, hay un gran misterio por resolver" -dijo el colibrí con un tono intrigante.

"- ¿Qué misterio?" -preguntó Jorge, emocionado.

"- En el corazón del bosque hay un árbol envejecido que guarda un secreto. Una vez al año, un niño valiente puede descubrir su magia. Pero debes ser cuidadoso y respetar a todos los seres que viven aquí" -le explicó Coli.

Jorge decidió que debía encontrar ese árbol. Después de un rato caminando, se encontró con un grupo de animales que estaban discutiendo.

"- ¡No podemos hacer nada!" -exclamó un conejo. "- La ardilla ha perdido su nuez mágica y sin ella, el bosque perderá su brillo."

"- Pero, ¿dónde la buscamos?" -se lamentó otra ardilla muy preocupada.

"- Yo puedo ayudarles!" -se ofreció Jorge. "- ¿Cuál es la nuez mágica?"

"- Es una nuez dorada, brilla bajo la luz del sol y en la luna también" -respondió la ardilla. Jorge sintió que podía hacer algo grande.

"- ¡Vamos a buscarla!" -dijo con determinación. Juntos, formaron un equipo: el conejo, las ardillas, Coli y Jorge. Comenzaron su búsqueda, revisando debajo de hojas, en troncos y cerca de un pequeño arroyo.

Después de un rato, llegaron a un claro donde el sol iluminaba todo con un hermoso resplandor. Allí, encontrando un pequeño brillo en la hierba, Jorge exclamó:

"- ¡Ahí! ¡Es la nuez!"

Al acercarse, notó que estaba rodeada de flores brillantes, y lo que era aún más sorprendente, había una pequeña sombra escondiéndose detrás de un árbol.

"- ¿Quién está ahí?" -preguntó Jorge, mirando con curiosidad.

De la sombra apareció un hermoso zorro ágil. "- La nuez es mía. La dejé aquí para cuidarla" -dijo el zorro."¿Por qué piensan que pueden llevarse lo que no les pertenece?"

"- La ardilla me dijo que era mágica y que sin ella el bosque perdería su brillo. Todos estamos muy preocupados y queremos que regreses la nuez, por favor" -le explicó Jorge.

El zorro, con los ojos brillantes, pareció pensarlo un instante. "- No sabía que era tan importante. Si tu corazón es noble y deseas cuidar del bosque, entonces puedo devolvértela" -dijo el zorro, mientras le entregaba la nuez.

Jorge tomó la nuez y todos celebraron. Regresaron al gran árbol del centro del bosque y, al colocar la nuez en su base, el árbol comenzó a brillar intensamente.

"- ¡Hurra!" -gritaron los animales, llenos de alegría. El bosque reverdeció con colores vivos y una energía nueva.

"- Guardaré la nuez en este lugar para que siempre sea parte del bosque" -dijo Jorge, con satisfacción.

El colibrí aplaudió. "- Has demostrado valentía y bondad. La magia del bosque siempre estará contigo" -dijo.

"- Gracias por ayudarme. Ahora entiendo que la verdadera magia está en cuidar de los demás" -respondió Jorge con una sonrisa.

Contentos, Jorge y sus nuevos amigos disfrutaron de un paseo por el bosque. Desde ese día, Jorge siempre volvió a visitar a sus amigos animales y juntos aprendieron siempre a cuidar de su hogar mágico.

Y así, el bosque y sus habitantes vivieron felices, llenos de brillo y amistad, gracias a la valentía y a la bondad de un niño llamado Jorge.

FIN.

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