José y el planeta que pudimos salvar
José era un niño con autismo que siempre había sentido una profunda conexión con la naturaleza. Le encantaba observar las estrellas, descubrir insectos en el jardín y cuidar de las plantas.
Un día, escuchó a su maestra hablar sobre los problemas ambientales que enfrentaba el planeta Tierra. Quedó impactado por las tristes noticias: la contaminación, la deforestación y el cambio climático estaban poniendo en peligro a su amado hogar. Decidió que era momento de actuar.
Armado con valor y determinación, se acercó a sus compañeros del instituto AMARÉ, que también compartían su preocupación por el medio ambiente. Juntos, formaron un equipo llamado "Los Guardianes Verdes". "¿Qué podemos hacer para ayudar al planeta?", preguntó José.
"Podríamos organizar una limpieza en el parque", sugirió Ana. "¡Sí! Y podríamos plantar árboles para reforestar", agregó Lucas. "También podríamos enseñar a otros sobre la importancia de reciclar", propuso Sofía. Con entusiasmo, los Guardianes Verdes se pusieron manos a la obra.
Organizaron una gran jornada de limpieza en el parque, donde contaron con la participación de muchas personas de la comunidad. La iniciativa fue un éxito, y el parque volvió a brillar gracias a su esfuerzo conjunto.
Luego, plantaron árboles y crearon hermosos carteles educativos sobre el reciclaje, que colocaron en el instituto. José se sentía feliz de ver cómo su sueño de cuidar el planeta tomaba forma. Sin embargo, sabía que aún quedaba mucho por hacer.
Un día, mientras paseaba por el parque, descubrió a un grupo de personas arrojando basura en el río. ¡Estaba destrozado! Pero en ese momento recordó las palabras de su abuela: "La educación es la mejor herramienta para el cambio".
Decidió hablar con esas personas y explicarles la importancia de mantener limpio el río. José les contó sobre la jornada de limpieza que habían organizado y les mostró los carteles educativos que habían colocado en el instituto.
Al principio, las personas lo miraron con desconfianza, pero a medida que él les explicaba con amor y paciencia, comenzaron a escucharlo con atención. Finalmente, comprendieron el mensaje y se disculparon por su comportamiento. Desde ese día, las personas del barrio comenzaron a cuidar el río, inspiradas por las palabras de José.
La noticia sobre la valiente acción de José y los Guardianes Verdes se extendió por la ciudad. Recibieron el reconocimiento de las autoridades locales y fueron invitados a dar charlas en otros colegios.
José y sus amigos se convirtieron en verdaderos héroes que inspiraron a muchos a cuidar el planeta. Y así, con amor, paciencia y determinación, lograron salvar un pedacito del mundo. José y los Guardianes Verdes demostraron que, con pequeñas acciones, se pueden lograr grandes cambios.
Y el planeta Tierra, su hogar amado, les estuvo siempre agradecido.
FIN.