José y la escalera hacia el nido



Había una vez un pequeño pajarito llamado José Ernesto Champiñón Llave, que vivía en un árbol cerca del parque de la ciudad. A José le encantaba volar y explorar el mundo que lo rodeaba.

Un día, mientras volaba por el parque, vio una hermosa escalera que llevaba hacia el cielo. Era tan alta que no podía ver su final. José estaba emocionado por la idea de subir esta escalera y descubrir qué había en la cima.

"¡Qué interesante! ¡Voy a subirla!"- dijo José con entusiasmo. Pero cuando comenzó a subir los primeros escalones, se dio cuenta de que la tarea era más difícil de lo esperado.

La escalera estaba muy empinada y los peldaños eran muy resbaladizos. "¡Oh no! ¡No puedo hacerlo!"- exclamó José desanimado. En ese momento apareció su amiga Mariela Mariposa, quien lo vio luchando para subir la escalera. "Hola José ¿qué estás haciendo?"- preguntó Mariela con curiosidad.

"Estoy tratando de subir esta enorme escalera"- respondió tristemente José "pero es demasiado difícil". Mariela sonrió y le dijo:"¡No te rindas tan fácilmente! Siempre hay una forma de superar cualquier obstáculo. Quizás necesites un poco de ayuda".

Entonces Mariela se posó sobre uno de los peldaños inferiores y extendió sus alas para crear un camino más seguro para que José pudiera seguir adelante sin resbalar.

José se sintió aliviado al tener a su amiga allí para ayudarlo y juntos continuaron subiendo la escalera. Pero cuando llegaron a la mitad, una fuerte ráfaga de viento los hizo tambalearse. "¡Oh no! ¡Nos caeremos!"- gritó José asustado.

Pero Mariela le recordó lo que ella misma había aprendido en sus viajes por el mundo:"Recuerda José, si te mantienes firme y confías en ti mismo, puedes superar cualquier cosa. ¡No tengas miedo!"Con esas palabras de aliento, ambos se aferraron a la escalera con fuerza y lograron resistir el viento.

Continuaron subiendo hasta que finalmente alcanzaron la cima. Allí encontraron un hermoso nido hecho de ramitas y hojas frescas. Dentro del nido había tres pequeños polluelos que estaban felices de verlos llegar. "¡Qué maravilloso! ¡Es hermoso aquí arriba!"- exclamó José emocionado.

Mariela asintió con una sonrisa:"Sí, pero nunca habríamos llegado aquí si no hubiéramos trabajado juntos y nos hubiéramos apoyado mutuamente.

"José entendió entonces que siempre habría obstáculos en su camino hacia sus sueños, pero sabía que podía superarlos con la ayuda de amigos como Mariela. Y desde ese día en adelante, nunca más se rindió ante las dificultades sino que las enfrentaba con valentía y determinación.

FIN.

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