Joshua y su aventura en el bosque encantado
En una pequeña ciudad rodeada de un denso bosque, había un niño llamado Joshua. Con su risa contagiosa y su cariño infinito por sus padres, era conocido por todos como un niño amable y obediente. Un día, mientras ayudaba a su mamá a regar las plantas en el jardín, escuchó un murmullo proveniente del bosque.
"¿Qué será eso?", se preguntó Joshua, con ojos curiosos y brillantes.
"Es solo el viento, cariño", respondió su mamá con una sonrisa. Pero Joshua no pudo resistir la tentación de explorar.
Esa tarde, decidió adentrarse en el bosque. Estaba decidido a descubrir el origen de aquel sonido misterioso. Llevó consigo una linterna y, antes de salir, le prometió a su mamá:
"Te prometo que solo iré a ver un poco y volveré enseguida”.
Con su corazón latiendo rápido, Joshua se adentró entre los árboles. Caminó, entre risas y canciones, hasta que se encontró con un claro iluminado por unos rayos de sol que atravesaban las ramas. En medio del claro, había un gran árbol con un tronco muy ancho que parecía tener una puerta.
"¡Increíble!", exclamó Joshua, acercándose al árbol. Al tocar la puerta, una voz suave le dijo:
"¡Hola, pequeño! Soy el guardián del bosque encantado. Si quieres pasar, debes resolver un acertijo."
Joshua se emocionó. Era un reto perfecto para un explorador como él.
"¡Estoy listo!", respondió. La voz continuó:
"¿Qué es lo que siempre crece, pero nunca se mueve?"
Joshua frunció el ceño y se puso a pensar. Recordó lo que su papá siempre le decía sobre el crecimiento.
"¡La edad!", gritó contento.
La puerta se abrió lentamente, y Joshua pudo entrar al bosque encantado. Allí todo brillaba de colores inimaginables, pero algo lo sorprendió. Los animales hablaban. Una ardilla con un gorro de pirata se le acercó:
"¡Hola, viajero! ¿Te gustaría jugar a buscar tesoros?"
Joshua, emocionado, asintió.
"¡Sí! ¿Dónde encontramos el tesoro?", preguntó con entusiasmo.
"En la montaña mágica, pero debes ser cuidadoso. Solo los que son amables y obedientes logran llegar. ¡Vamos!"
Juntos, empezaron su aventura, enfrentándose a varios retos. En el camino, encontraron un río en el que había que saltar de piedra en piedra.
"Debemos ayudar a la tortuga a cruzar primero", sugirió Joshua, viendo que el animal no podía. Los otros animales lo miraron sorprendidos, pero decidieron seguir su consejo.
Así, ayudaron a la tortuga y, a cambio, esta les mostró un camino más fácil para cruzar el río. Joshua sonrió, sintiendo que su bondad había valido la pena. Luego, llegaron a un laberinto lleno de altos arbustos.
"Es un juego,¡tendremos que encontrar la salida!", dijo la ardilla.
Joshua, pensando en sus padres y en lo que le habían enseñado sobre trabajar en equipo, propuso:
"Vamos a unirnos y buscar juntos. Así será más fácil."
A pesar de algunos momentos de frustración, todos colaboraron, y finalmente encontraron la salida. Al final del laberinto, había un cofre decorado con joyas brillantes.
"¡El tesoro!", exclamó Joshua. Cuando abrieron el cofre, en lugar de oro y joyas, encontraron libros y fotos de aventuras de otros niños que habían pasado por el bosque.
"Esto es mejor que un tesoro", dijo Joshua, entusiasmado.
Los animales se miraron unos a otros, entendiendo que la verdadera riqueza estaba en las historias y la amistad.
Cuando Joshua regresó a su hogar, su corazón estaba lleno de felicidad. Comprendió que la obediencia y la bondad lo habían guiado en su aventura. Al llegar a casa, abrazó a su mamá y papá.
"¡Hoy tuve la mejor aventura en el bosque encantado!"
La mamá lo miró con ternura y le dijo:
"Te envidio, amigo, cuéntame todo lo que viviste."
Y así, Joshua compartió sus historias, aprendiendo que la alegría de sus padres también era parte de su tesoro. Desde ese día, cada vez que escuchaba un murmullo en el bosque, sabía que el espíritu de la aventura lo esperaba, siempre listo para enseñarle algo nuevo.
Y así fue como Joshua, el niño alegre que amaba y obedecía a sus padres, se convirtió en un querido explorador del bosque encantado, compartiendo siempre sus enseñanzas de bondad y amistad con todos a su alrededor.
FIN.