Joyful Jasmine and the Playful Squirrel



Había una vez en un hermoso bosque, un jazmín llamado Guillermina. Guillermina era una flor muy especial, siempre estaba llena de alegría y amor por la naturaleza que la rodeaba.

Pero a veces se sentía un poco sola porque no tenía amigos con quien compartir su felicidad. Un día, mientras el viento soplaba suavemente entre los árboles del bosque, Guillermina escuchó un ruido proveniente de lo alto.

Al mirar hacia arriba, vio a Abu John, la ardilla más coqueta del lugar. Abu John era conocido por su brillante pelaje rojo y sus ojos chispeantes. - ¡Hola Guillermina! ¿Cómo estás hoy? - dijo Abu John saltando de rama en rama.

- Hola Abu John, estoy bien pero me siento un poco sola - respondió tristemente Guillermina. Abu John se acercó a ella y le dijo:- No te preocupes, Guillermina. Yo estaré aquí para hacerte compañía siempre que quieras.

Guillermina sonrió emocionada al escuchar esas palabras y comenzaron a pasar mucho tiempo juntos. Juntos exploraban el bosque y descubrían todos sus secretos escondidos. A veces se encontraban con otros animales como conejos juguetones y pájaros cantores que les llenaban el corazón de alegría.

Un día, mientras caminaban cerca de un árbol lleno de nueces deliciosas, se dieron cuenta de algo extraño: las nueces habían desaparecido misteriosamente. - ¿Dónde están las nueces? - preguntó curiosa Guillermina.

- No lo sé, pero voy a investigar - respondió valientemente Abu John. Abu John trepó rápidamente por el árbol y se encontró con una sorpresa. Allí, en una rama alta, había un grupo de ardillas traviesas que estaban robando las nueces para ellos solos.

- ¡Ey! ¿Qué están haciendo? Esas nueces no son solo suyas - exclamó Abu John enojado. Las ardillas se asustaron al ver a Abu John y comenzaron a disculparse por su comportamiento egoísta.

Entonces, decidieron compartir las nueces con todos los habitantes del bosque. Guillermina y Abu John regresaron felices al jazmín donde compartieron las nueces con sus nuevos amigos animales.

A partir de ese día, el bosque se llenó de risas y alegría gracias a la amistad entre Guillermina y Abu John. Desde entonces, Guillermina aprendió que siempre hay alguien dispuesto a ser tu amigo si abres tu corazón. Y Abu John comprendió la importancia de compartir y no ser egoísta.

Así fue como Guillermina y Abu John demostraron que la amistad puede superar cualquier obstáculo y hacer del mundo un lugar mejor para todos. Juntos, enseñaron a los demás animales del bosque sobre la importancia de trabajar juntos y compartir lo que tienen con los demás.

Y así, cada vez que soplaba el viento entre los árboles del bosque, se podía escuchar el eco de risas felices provenientes de Guillermina y sus amigos animals.

FIN.

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