Juan el leñador y la sabia advertencia



Había una vez un leñador llamado Juan que vivía en un pequeño pueblo rodeado de bosques. Todos los días, salía a trabajar con su hacha y su carrito para cortar la madera necesaria para mantener a su familia.

Un día, mientras caminaba por el bosque, se encontró con Caperucita Roja. Ella estaba llevando una canasta llena de comida a casa de su abuela. "Hola Caperucita, ¿a dónde vas tan temprano en la mañana?" preguntó Juan.

"Voy a visitar a mi abuela que vive al otro lado del bosque" respondió ella. "Ten cuidado entonces, hay muchos peligros en el camino" advirtió el leñador.

Caperucita siguió su camino pero no prestó atención a las advertencias del leñador y decidió tomar un atajo por el bosque. De repente, apareció el astuto lobo que quería devorarla. El lobo le preguntó a Caperucita adonde iba y ella inocentemente le dijo todo lo que sabía.

El lobo aprovechó esta oportunidad para engañarla y hacerle creer que era una buena idea recolectar algunas flores silvestres para llevarles como regalo a su abuela enferma.

Mientras tanto, Juan seguía trabajando en el bosque cuando notó algo extraño: había rastros de un animal grande cerca del camino que llevaba al hogar de la abuela de Caperucita. Preocupado por la seguridad de la niña y su abuela, decidió seguir los rastros hasta encontrarlas.

Cuando llegaron al hogar de la abuela, descubrieron que el lobo había llegado primero y se había comido a la abuela. Caperucita estaba aterrorizada, pero Juan rápidamente ideó un plan para salvarlas. "Caperucita, dame tu canasta de comida" dijo el leñador.

"Yo voy a hacer una trampa para atrapar al lobo". Juan utilizó la comida de la canasta como cebo y construyó una trampa con ramas y hojas. El astuto lobo cayó en la trampa y quedó atrapado.

Finalmente, Caperucita pudo entregar su regalo de flores silvestres a su abuela recuperada del susto gracias al esfuerzo conjunto del leñador y ella misma.

Desde ese día en adelante, Caperucita aprendió que siempre debía escuchar los consejos de los adultos sabios como Juan, ser precavida ante cualquier peligro en el camino y no confiar en extraños. Y así fue feliz para siempre junto con su familia y amigos. Fin

FIN.

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