Juan, el protector del bosque
Juan era un dragoncito muy especial, era de color verde y tenía unos ojos grandes y brillantes que deslumbraban a todos los que lo veían.
Vivía en una cueva en la montaña junto a su familia, pero siempre se sentía un poco triste porque sabía que había otros dragones malvados que querían hacerle daño. Un día, mientras volaba por el bosque cercano a su hogar, Juan escuchó unos fuertes rugidos.
Al acercarse para ver qué pasaba, descubrió que tres dragones gigantes estaban atacando a un grupo de animales indefensos. Sin pensarlo dos veces, Juan decidió intervenir y enfrentarse a ellos. "¡Alto ahí! ¿Qué están haciendo?", les preguntó valientemente Juan.
"¿Quién eres tú para meterte en nuestros asuntos? ¡Lárgate antes de que te hagamos daño!", respondieron los dragones malvados con voz amenazante. Pero Juan no se dejó intimidar y decidió plantarles cara.
Comenzaron una feroz batalla en la cual Juan demostró todo su valor y habilidad para luchar contra sus adversarios. A pesar de ser más pequeño, logró esquivar los ataques de sus contrincantes y contraatacar con fuerza cada vez que podía.
La pelea duró horas hasta que finalmente los tres dragones malvados huyeron del lugar derrotados por el coraje y la astucia de Juan. Los animales del bosque celebraron al pequeño héroe como si fuera uno más de ellos, mientras le daban las gracias por haberlos salvado del peligroso ataque.
"¡Eres un verdadero valiente, Juan! ¡Gracias por defendernos!", le dijo una ardilla muy emocionada. Desde ese día, Juan se convirtió en el protector del bosque y de todos los seres que habitaban en él.
Aprendió a luchar con más fuerza y astucia cada vez que se enfrentaba a sus enemigos, pero también aprendió a escuchar y ayudar a los demás siempre que lo necesitaban.
A pesar de las dificultades que tenía que enfrentar, Juan nunca dejó de ser amable y generoso con los demás. Siempre estaba dispuesto a dar una mano o compartir su comida con quien lo necesitara. Y así, poco a poco, fue ganándose el respeto y la admiración de todos los dragones del bosque.
Con el tiempo, Juan se convirtió en un gran líder para su comunidad. Sus acciones inspiraron a otros dragones jóvenes como él para defender lo que era justo y proteger a aquellos más vulnerables.
Y aunque todavía había peligros acechando en el horizonte, Juan sabía que con coraje y determinación podía superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.
FIN.