Juan en la playa



Había una vez un niño llamado Juan que vivía en un barrio muy humilde de la ciudad. Él siempre soñaba con conocer la playa, pero su familia no tenía suficiente dinero para viajar.

Un día, mientras paseaba por el parque, se encontró con un volante que anunciaba un concurso de dibujo organizado por una empresa de turismo. El premio era nada más y nada menos que unas vacaciones en la costa.

Juan decidió participar en el concurso y pasó todas las noches dibujando su visión del mar. Después de enviar su dibujo, esperó ansiosamente a ver si había ganado.

Tres semanas después, recibió una carta diciéndole que había sido seleccionado como el ganador del primer premio. Emocionado y agradecido, Juan partió hacia la costa junto a su familia.

Pero durante el primer día en la playa, mientras jugaban al vóley en la orilla del mar, Juan se alejó demasiado y perdió de vista a sus padres. - ¡Papá! ¡Mamá! -gritaba Juan mientras caminaba cada vez más lejos sin darse cuenta. Cuando finalmente se dio cuenta de que estaba solo y perdido en medio de tantas personas desconocidas, comenzó a llorar desconsoladamente.

- ¿Estás bien? -preguntó una señora amable acercándose a él-. ¿Te has perdido? Juan asintió entre lágrimas explicándole lo ocurrido. La mujer lo tranquilizó y juntos buscaron por toda la playa hasta encontrar a sus padres.

De vuelta al hotel esa noche, Juan reflexionaba sobre lo ocurrido y se sintió muy agradecido por la amabilidad de la señora que lo había ayudado. Decidió que quería ser como ella, alguien que siempre estuviera dispuesto a ayudar a los demás.

Al día siguiente, mientras caminaba por la playa, encontró una tortuga atrapada en una red de pesca abandonada. Sin pensarlo dos veces, se acercó para liberarla. - ¡Mira mamá! ¡Encontré una tortuga! -gritó Juan emocionado.

A partir de ese momento, cada día Juan dedicaba un rato de su tiempo a reagarrar basura y plásticos del mar para proteger la vida marina.

También comenzó a hablar con otros niños sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y cómo todos podemos hacer nuestra parte. Finalmente, llegó el último día en la costa y Juan regresó feliz junto con su familia al barrio humilde donde vivía.

Pero ahora tenía un nuevo propósito en su vida: proteger el planeta y ayudar siempre que pudiera a quienes lo necesitaran.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!