Juan respira mejor


Juan era un niño muy inquieto y activo en el jardín de infantes. Siempre estaba corriendo, saltando y haciendo travesuras. A pesar de que sus maestras intentaban controlarlo, Juan parecía no poder quedarse quieto.

Un día, durante el recreo, Juan se acercó a sus amigos Tomás y Sofía para jugar al fútbol. Pero cuando empezaron a jugar, los otros niños notaron algo extraño en Juan. "¿Por qué te cuesta tanto correr?", preguntó Tomás.

"No lo sé", respondió Juan con tristeza. "Siempre me canso muy rápido". Sofía se preocupó por su amigo y le sugirió que hablara con la maestra sobre su problema.

Al principio, Juan se resistió porque temía que lo regañaran o lo castigaran, pero finalmente decidió seguir el consejo de Sofía. La maestra escuchó atentamente a Juan y decidió hacer una prueba para ver si había algún problema médico detrás de su falta de energía.

Le pidió a los padres de Juan que lo llevaran al médico para una revisión. Después de algunos exámenes, el doctor descubrió que había una pequeña obstrucción en las vías respiratorias de Juan que dificultaba su respiración mientras hacía actividad física.

El médico le recetó un tratamiento sencillo para resolver el problema. Los padres de Juan siguieron las indicaciones del médico y pronto notaron una gran diferencia en la energía y vitalidad del niño. Ahora podía jugar sin cansarse tan rápido como antes.

Juan estaba muy feliz por haber encontrado la solución a su problema y agradeció a sus amigos por haberle animado a hablar con la maestra.

También aprendió que no hay nada de malo en pedir ayuda cuando uno tiene un problema. Gracias al apoyo de su familia, amigos y maestros, Juan se convirtió en un niño más feliz y saludable, capaz de disfrutar plenamente del jardín de infantes y todas las actividades que le gustaban.

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