Juan y el desafío inglés
Había una vez un niño llamado Juan, quien vivía en una pequeña ciudad de Argentina junto a su familia.
A pesar de ser muy bueno en la escuela y tener muchos amigos, Juan tenía un problema que lo preocupaba mucho: no sabía hablar inglés. Un día, la maestra de Juan les anunció a todos los alumnos que habría un concurso de intercambio cultural con estudiantes de Estados Unidos.
Todos estaban emocionados, menos Juan, quien se puso muy nervioso al pensar que no podría comunicarse con los visitantes en inglés. "¡Ay, mamá! ¿Cómo voy a hacer para hablar con los chicos americanos si no entiendo nada de inglés?", se lamentaba Juan.
Su mamá le dio un abrazo y le dijo: "No te preocupes, hijo. Si te esfuerzas y practicas, seguro podrás aprender lo básico antes del concurso". Juan decidió seguir el consejo de su mamá y comenzó a estudiar inglés todas las tardes después de la escuela.
Además, le pidió ayuda a su hermana mayor, Marta, quien había estudiado el idioma en la secundaria. Los días pasaron y el concurso estaba cada vez más cerca.
Juan practicaba sin descanso y poco a poco fue sintiéndose más seguro hablando en inglés. Finalmente llegó el gran día del intercambio cultural y los estudiantes estadounidenses llegaron a la escuela. "Hello! My name is Emily," dijo una niña rubia extendiendo su mano hacia Juan.
"Hello Emily! Nice to meet you. My name is Juan," respondió Juan emocionado por poder comunicarse en inglés. Durante todo el día, Juan participó activamente en las actividades del intercambio cultural.
Habló con los estudiantes americanos sobre su país, les mostró fotos de su ciudad y hasta les enseñó algunas palabras en español. Al finalizar el día, Emily se acercó a Juan y le dijo: "Thank you for being so welcoming and for making the effort to speak in English with us.
"Juan sonrió feliz y respondió: —"You" re welcome! I had a great time today. "Esa noche, durante la cena familiar, todos estaban ansiosos por escuchar cómo le fue a Juan en el concurso.
"¿Y entonces? ¿Cómo te fue hoy?", preguntó papá expectante. Juan tomó aire y dijo: "Hoy descubrí que aunque al principio parezca difícil comunicarse en otro idioma, con esfuerzo y práctica todo es posible.
"La familia de Juan lo miraba orgullosa mientras él continuaba: "Aprendí que no hay barreras que no puedan superarse si uno se anima a intentarlo. "Desde ese día, Juan siguió practicando inglés e incluso ayudando a otros compañeros que también querían aprender.
Y así demostró que nunca es tarde para aprender algo nuevo y que la perseverancia siempre trae grandes recompensas.
FIN.