Juan y el dragón heroico
Había una vez en un reino muy lejano, un héroe llamado Juan que siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.
Un día, el rey del reino le pidió ayuda para rescatar a su hija, la princesa Sofia, quien había sido secuestrada por un temible dragón de hielo. Juan no dudó ni un segundo en aceptar la misión y se preparó para enfrentarse al peligroso dragón.
Con su espada afilada y su armadura reluciente, partió hacia las montañas donde se decía que habitaba el monstruo. Mientras caminaba por el bosque, Juan escuchó unos gritos desgarradores provenientes de una pequeña cabaña. Al acercarse, encontró a una anciana llorando desconsoladamente. - ¿Qué te pasa? -preguntó Juan con preocupación-.
¿Por qué lloras? - Es mi hijo -respondió la anciana entre sollozos-. Fue secuestrado por el mismo dragón que tú buscas. Juan supo en ese momento que tenía que hacer algo para ayudarla.
Decidió dejar temporalmente su búsqueda de la princesa y se dirigió hacia la cueva del dragón para liberar al joven prisionero.
Cuando llegó a la entrada de la cueva del dragón, Juan tuvo que enfrentarse a varios obstáculos y trampas mortales antes de llegar hasta el cautivo. Pero finalmente logró liberarlo gracias a su astucia e ingenio. El joven rescatado resultó ser un hábil arquero llamado Pedro quien decidió acompañar al héroe en su búsqueda de la princesa.
Juntos, se dirigieron hacia la guarida del dragón de hielo. Al llegar al lugar, el héroe y su compañero fueron recibidos por un rugido ensordecedor que provenía del interior de la cueva.
Con valentía y determinación, Juan y Pedro se adentraron en las profundidades de la montaña para enfrentarse al temible dragón. La lucha fue intensa y peligrosa. El dragón lanzaba llamaradas de fuego mientras Juan y Pedro le disparaban flechas desde sus arcos.
La batalla parecía interminable hasta que finalmente lograron herirlo lo suficiente como para debilitarlo. Juan aprovechó ese momento para liberar a la princesa Sofia quien estaba atada con cadenas dentro de una jaula. Pero antes de poder escapar, el dragón despertó y los persiguió furioso.
Con gran astucia, Juan ideó un plan para engañar al monstruo haciéndolo caer en una trampa mortal. Así lograron escapar sanos y salvos junto con la princesa Sofia.
De regreso en el reino, el héroe fue aclamado como un verdadero campeón por haber salvado a la princesa y vencer al temible dragón de hielo. A partir de ese día, Juan se convirtió en leyenda gracias a su valentía e ingenio.
Y así termina nuestra historia queridos niños/as, recordando siempre que nunca hay que dudar en ayudar a los demás cuando lo necesiten sin importar las dificultades que tengamos que enfrentar.
FIN.