Juan y el marcianito de la montaña
Había una vez un maratonista llamado Juan que se encontraba entrenando en la montaña para su próxima carrera.
Un día, mientras corría por un camino desconocido, vio algo extraño en el cielo: ¡era un ovni! Juan no podía creer lo que veían sus ojos, pero decidió acercarse al objeto volador no identificado. Cuando llegó a donde estaba el ovni, se abrió una puerta y apareció un pequeño marcianito.
El marcianito era de color verde y tenía grandes ojos negros. Juan se asustó al principio, pero luego notó que el marcianito parecía amigable. - Hola -dijo Juan tímidamente-. ¿Cómo te llamas? - Me llamo Zik -respondió el marcianito con una sonrisa-.
¿Y tú? - Yo soy Juan -dijo el maratonista-. Estoy perdido aquí en la montaña. Zik le explicó a Juan que él estaba explorando la Tierra porque quería conocer más sobre los seres humanos.
Entonces decidió ayudar a Juan a encontrar su camino de regreso. Durante varios días, Zik guió a Juan por senderos peligrosos y terrenos difíciles hasta que finalmente llegaron al pueblo más cercano.
Durante ese tiempo, Zik también le enseñó muchas cosas interesantes sobre su planeta natal y cómo venían estudiando la Tierra desde hace mucho tiempo. Juan aprendió mucho de Zik durante esos días juntos y se dio cuenta de lo importante que es tener amigos diferentes a uno mismo.
Finalmente, cuando llegaron al pueblo, Zik dijo adiós a Juan con lágrimas en los ojos y le prometió que volvería a visitarlo algún día. Juan nunca olvidó esa aventura y siempre recordó la importancia de estar abiertos a nuevas experiencias y hacer amigos con personas diferentes.
A partir de ese momento, Juan se convirtió en un corredor más sabio y compasivo.
FIN.