Juan y el misterioso planeta verde


Había una vez un niño llamado Juan, que estaba muy preocupado por la contaminación del planeta. Un día, mientras jugaba en el parque, vio que los arbolitos estaban tristes y marchitos. Esto lo entristeció mucho y decidió buscar alternativas para ayudar a disminuir la contaminación ambiental. Juan se puso a investigar y encontró que una de las causas de la contaminación era el uso excesivo de plástico. Decidió actuar y se puso a pensar en cómo podría ayudar.

Al día siguiente, Juan fue a la escuela y habló con su maestra sobre su preocupación. -Maestra, ¿qué podemos hacer para cuidar el planeta? -le preguntó Juan con una mirada preocupada. La maestra sonrió y le dijo: -Juan, creo que tienes una muy buena iniciativa. Podríamos empezar por reducir el uso de plásticos en la escuela, ¿qué te parece?

Juan asintió con entusiasmo y propuso hacer una campaña para concientizar a todos en la escuela sobre la importancia de reducir el uso de plástico. Junto a sus compañeros, prepararon carteles y organizaron charlas para explicar por qué era importante cuidar el planeta. Pronto, todos en la escuela se sumaron a la iniciativa de Juan y comenzaron a usar menos plástico.

Pero Juan no se conformó con eso, él quería hacer algo más grande. Decidió organizar una jornada de limpieza en su barrio. Convocó a sus vecinos y juntos recogieron la basura, separaron los residuos reciclables y limpiaron las calles. Fue un día agotador, pero al ver el resultado, Juan se sintió muy feliz.

Un día, mientras paseaba por el parque, vio a unos niños jugando con una botella de plástico. Se acercó a ellos y les explicó por qué no era bueno usar plástico y les habló sobre el reciclaje. Los niños escucharon atentamente y prometieron no usar más plástico para jugar. Juan se sintió muy contento de poder compartir sus conocimientos y ayudar a otros a cuidar el planeta.

Con el tiempo, las acciones de Juan se fueron multiplicando y su compromiso con el cuidado del planeta inspiró a muchas personas a su alrededor. Pronto, el barrio de Juan se convirtió en un lugar más limpio y verde. Los arbolitos que una vez estuvieron tristes, ahora estaban verdes y llenos de vida, gracias al esfuerzo de Juan y su comunidad.

Desde entonces, Juan siguió buscando nuevas formas de ayudar al planeta, porque sabía que cada pequeña acción cuenta y que juntos pueden lograr grandes cambios.

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