Juan y la paz con las aves



Había una vez un pequeño pueblo ubicado en medio de una hermosa selva. Los habitantes de este lugar eran muy trabajadores y felices, siempre compartiendo sus alimentos y ayudándose entre sí.

Sin embargo, un día algo extraño comenzó a suceder. Unas aves muy malas empezaron a atacar a las personas y robarles sus alimentos. Estos pájaros eran liderados por uno más grande que daba las órdenes precisas para cometer los delitos.

La gente del pueblo estaba asustada y no sabía qué hacer para detenerlos. Un día, un niño llamado Juan decidió investigar sobre estas aves malvadas. "Mamá, ¿por qué estas aves están atacando a la gente?", preguntó Juan.

"No lo sé mi amor, pero debemos tener cuidado", respondió su madre preocupada. Juan decidió salir al bosque en busca de respuestas. Después de caminar durante horas, encontró al líder de las aves en un árbol gigante.

"¿Por qué estás haciendo esto? ¿No ves que lastimas a la gente?", preguntó Juan con valentía. El ave líder lo miró con desprecio y le respondió: "Nosotros también necesitamos comida para sobrevivir".

Juan se dio cuenta de que el problema era la falta de alimento en la selva. Así que decidió buscar soluciones junto a sus amigos del pueblo. Trabajaron duro plantando semillas y creando huertos para producir más alimentos en la selva.

También construyeron comederos especiales para las aves malvadas donde podrían encontrar comida sin tener que robarla. Después de un tiempo, las aves se dieron cuenta de que ya no necesitaban atacar a la gente para sobrevivir. Empezaron a comer de los comederos especiales y dejaron en paz al pueblo.

Juan y sus amigos habían encontrado la solución al problema gracias a su valentía y perseverancia. La selva volvió a ser un lugar pacífico donde todos vivían en armonía.

La moraleja de esta historia es que siempre debemos buscar soluciones pacíficas a nuestros problemas, sin lastimar ni dañar a nadie. Además, es importante trabajar juntos como comunidad para lograr objetivos comunes y mejorar nuestra calidad de vida.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!