Juan y las vacaciones valientes



Juan estaba emocionado porque por fin se iba de viaje con su familia. Habían planeado todo con anticipación y estaban listos para partir al día siguiente.

Esa noche, mientras empacaba su maleta, Juan comenzó a sentir un poco de miedo. ¿Y si algo salía mal durante el viaje? ¿Y si se perdían o no encontraban el hotel? Su mamá notó que Juan estaba preocupado y se acercó a él para hablar.

"¿Qué te pasa, mi amor?", preguntó ella. "Tengo miedo de irme de viaje", respondió Juan. "¿Por qué tienes miedo? Vamos a estar juntos como una familia y vamos a tener muchas aventuras divertidas", dijo su mamá sonriendo.

Juan pensó en las palabras de su mamá y decidió dejar atrás sus temores. Se fue a dormir sintiéndose más tranquilo. Al día siguiente, la familia partió hacia su destino vacacional. Durante el trayecto, Juan disfrutó del paisaje y jugó juegos con sus hermanos en el auto.

Pero cuando llegaron al hotel, descubrieron que había un problema: la reservación no estaba registrada correctamente y no tenían habitaciones disponibles.

Juan comenzó a ponerse nervioso otra vez, pero su papá tomó control de la situación e hizo algunas llamadas telefónicas hasta encontrar otro hotel cercano que pudiera alojarlos esa noche. La familia se mudaría al hotel original al día siguiente cuando tuvieran habitaciones disponibles. A pesar del pequeño contratiempo, la familia continuó disfrutando del viaje.

Visitaban lugares turísticos interesantes y probaban comida nueva cada día. Una tarde paseando por la ciudad, Juan se separó de su familia sin darse cuenta. "¿Dónde está Juan?", preguntó su mamá preocupada.

Después de buscar por todas partes, encontraron a Juan sentado en un banco en una plaza cercana. Había estado asustado y no sabía cómo volver al hotel. Su mamá lo abrazó y le recordó que siempre debía quedarse cerca de ellos para estar seguro.

En el último día del viaje, la familia decidió hacer algo especial para celebrar el final de sus vacaciones juntos. Fueron a un parque temático y montaron las atracciones más emocionantes.

Juan incluso se animó a subir en una montaña rusa que había evitado todo el viaje. Al regresar a casa, Juan estaba feliz pero triste porque ya no estaban en vacaciones.

Pero su mamá le dijo algo importante:"Recuerda que las aventuras pueden pasar en cualquier lugar si tienes la actitud correcta". Juan sonrió al escuchar esas palabras y supo que siempre tendría recuerdos felices del viaje con su familia.

FIN.

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