Juana, la jirafa solidaria



Juana era una jirafa muy especial que vivía en la sabana africana. Tenía manchas marrones y amarillas, y un cuello tan largo que siempre llamaba la atención de los demás animales.

Un día, mientras caminaba por la sabana, Juana escuchó unos gritos de auxilio. Era su amigo el león Leopoldo, quien tenía atascada una pata entre unas rocas. Sin dudarlo ni un segundo, Juana corrió hacia él para ayudarlo.

"¡Leopoldo, no te preocupes! ¡Voy a sacarte de ahí!", exclamó Juana con determinación. Con cuidado y fuerza, Juana logró liberar la pata del león atrapada entre las rocas. Leopoldo estaba muy agradecido y emocionado por la valentía y habilidad de su amiga jirafa.

"¡Gracias, Juana! Eres increíble. Siempre estás dispuesta a ayudar a tus amigos", dijo Leopoldo con una sonrisa. Juana solo se limitó a sonreír tímidamente y dijo: "No hay de qué, Leopoldo. Los amigos siempre están para apoyarse".

Desde ese día, la fama de Juana como la jirafa más solidaria y valiente se extendió por toda la sabana. Todos los animales acudían a ella en busca de ayuda o consejo en momentos difíciles.

Un día, mientras Juana descansaba bajo la sombra de un árbol, llegó corriendo el elefante Ernesto con una noticia alarmante. "¡Juana, Juana! ¡El río ha desbordado y muchos animales están atrapados en sus orillas! Necesitamos tu ayuda urgente", exclamó Ernesto con angustia.

Sin perder tiempo, Juana se puso en marcha hacia el río para socorrer a los animales en peligro. Con su cuello largo y ágil, pudo rescatar a cada uno de ellos sin problema alguno. La sabana entera quedó impresionada por su valentía y destreza.

Al finalizar el rescate, todos los animales se reunieron alrededor de Juana para expresarle su gratitud y admiración. Incluso el temible cocodrilo Carlos no pudo contenerse y dijo:"Juana, eres realmente asombrosa.

Gracias por demostrar que la verdadera valentía está en ayudar desinteresadamente a los demás". Juana sonrió humildemente ante las palabras de sus amigos y les recordó lo importante que es estar siempre dispuestos a tender una pata (en este caso un cuello) cuando alguien lo necesita.

Y así fue como Juana enseñó a todos en la sabana que ser valiente no significa ser el más fuerte o intrépido, sino estar dispuesto a ayudar sin esperar nada a cambio.

Desde entonces, cada animal supo que podía contar con ella en todo momento porque Juani era mucho más que una jirafa divertida; era un ejemplo vivo de solidaridad y bondad para todos.

FIN.

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