Juana y el Bosque de la Sabiduría


Juana era una niña curiosa y aventurera que vivía en un pequeño pueblo al borde de un frondoso bosque.

Un día, decidió explorar más allá de lo que sus padres le permitían y se adentró en el bosque, siguiendo el canto de los pájaros y la frescura del aire. Caminó y caminó, maravillada por la belleza de la naturaleza a su alrededor, hasta que se dio cuenta de que estaba completamente sola.

El sol comenzaba a esconderse tras los árboles, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados. Juana intentó regresar por donde había venido, pero las sombras se alargaban y todo lucía diferente.

- ¡Papá! ¡Mamá! -llamaba Juana mientras buscaba entre los árboles, pero solo obtenía silencio como respuesta. El miedo empezó a apoderarse de su corazón. Las ramas crujían con el viento y extraños sonidos llenaban el bosque.

Juana sintió lágrimas brotar en sus ojos cuando vio que ya no reconocía nada a su alrededor. - Tranquila, Juana. Estamos aquí para ayudarte -una voz cálida resonó detrás suyo. Al voltearse, vio a un grupo de animales del bosque: un zorro astuto, un búho sabio y un ciervo noble.

Ellos habían estado observando desde lejos la travesura de Juana y decidieron guiarla de vuelta a casa. - ¿En serio? ¿Me pueden ayudar? -preguntó Juana con esperanza en sus ojos brillantes. - Claro que sí, pequeña amiga.

Pero debemos apresurarnos antes de que la oscuridad nos alcance por completo -dijo el búho con solemnidad. Los animales condujeron a Juana por senderos secretos y atajos ocultos que solo ellos conocían.

Le enseñaron a orientarse por las estrellas y escuchar los sonidos del bosque para encontrar su camino a casa. Finalmente, después de una larga travesía llena de aventuras y aprendizajes, llegaron al borde del bosque donde los padres angustiados aguardaban con lágrimas en los ojos.

- ¡Juana! ¡Hija mía! -exclamaron los padres corriendo hacia ella para abrazarla con fuerza. - Perdónenme papá, mamá. No volveré a desobedecerlos nunca más -dijo Juana entre sollozos mientras recibía el amor reconfortante de su familia.

Desde ese día, Juana comprendió la importancia de seguir las reglas establecidas por sus padres para mantenerse segura. Agradeció profundamente la ayuda brindada por los animales del bosque y aprendió valiosas lecciones sobre humildad, amistad y responsabilidad.

Y así, entre risas y abrazos bajo las estrellas brillantes del cielo nocturno, Juana volvió a casa junto a quienes más amaba; lista para enfrentar nuevos desafíos con sabiduría en su corazón infantil.

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