Juana y su muñeca valiente



Había una vez una niña llamada Juana, a la que le encantaba jugar y hacer travesuras todo el día. Pero tenía un pequeño problema: no se animaba a ir al baño cuando necesitaba hacer popo.

Cada vez que sentía la necesidad de ir al baño, Juana se ponía nerviosa y asustada. Pensaba en todas las cosas terribles que podrían pasar si hacía lo que su cuerpo le pedía.

Se imaginaba monstruos saliendo del inodoro o que algo malo podría pasarle si estaba sola en el baño. Un día, mientras jugaba con sus amigos en el parque, Juana sintió esa sensación familiar de tener que ir al baño.

Pero esta vez era diferente: había comido demasiados caramelos y sabía que no podía aguantar más tiempo. "Chicos, tengo que ir al baño"- dijo tímidamente. "Entonces anda rápido a casa y hazlo", respondieron sus amigos sin darle mayor importancia.

Juana comenzó a caminar hacia su casa con paso apresurado pero cada vez se ponía más nerviosa pensando en lo peor. Cuando finalmente llegó a su casa corrió directamente hacia el cuarto de los juguetes para evitar encontrarse con su mamá o papá.

Allí estaba ella sola frente al inodoro cerrado temblando de miedo pensando qué pasaría si hacía popo. De repente escuchó una voz detrás de ella...

"¿Por qué estás tan asustada?"Era Lila, su muñeca favorita, quien había cobrado vida gracias a la imaginación de Juana. "Tengo miedo de hacer popo"- respondió Juana con lágrimas en los ojos. "¿Miedo? ¿Por qué tendrías miedo de hacer algo que es completamente normal y necesario para tu cuerpo?" preguntó Lila.

Juana se encogió de hombros, sin saber realmente la respuesta. "Escucha Juana, sé que a veces puede ser un poco intimidante ir al baño.

Pero piensa en todas las cosas divertidas que podrás hacer después de haberlo hecho: jugar con tus amigos, ir al parque, comer helado... "Juana comenzó a pensar en todas las cosas divertidas que podría hacer si no estuviera preocupada por su necesidad fisiológica. Se imaginó jugando con sus amigos y riendo mientras comía un gran helado.

"Tienes razón Lila, no debería tener miedo" dijo Juana decidida"Voy a intentarlo". Juana respiró profundamente y abrió la tapa del inodoro. Mientras hacía lo que tenía que hacer recordaba todo lo que le había dicho su muñeca favorita.

Y cuando terminó se sintió muy orgullosa de sí misma. Desde ese día en adelante Juana nunca más tuvo miedo de ir al baño. Comenzó a disfrutar mucho más sus días sin preocuparse por algo tan natural como hacer popo.

Y aunque todavía tenía algunas travesuras bajo la manga, sabía que siempre podía contar con el apoyo de Lila para ayudarla a superar cualquier temor o inquietud.

FIN.

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