Juancito Zombie y los Dulces Mágicos
Había una vez un pequeño pueblo llamado Zombilandia, donde todos los habitantes eran zombies. Vivían en armonía y se divertían jugando al escondite entre las tumbas del cementerio.
Un día, mientras los zombies estaban en pleno juego, escucharon un ruido muy fuerte proveniente de la montaña. Todos se asustaron y corrieron hacia el lugar del sonido. Al llegar, descubrieron que había explotado una fábrica de dulces cercana y todo el pueblo quedó cubierto de caramelos coloridos.
Los zombies no podían creerlo, ¡había dulces por todas partes! Uno de ellos, llamado Juancito Zombie, era muy curioso y decidió probar uno de esos caramelos mágicos.
Al hacerlo, algo increíble sucedió: ¡Juancito volvió a ser humano! Estaba lleno de energía y emoción. Los demás zombies lo miraron sorprendidos y decidieron probar también esos caramelos mágicos. Uno tras otro fueron volviendo a ser humanos. El pueblo entero estaba emocionado por esta inesperada transformación.
Juancito les explicó que ahora tenían la oportunidad de vivir una vida diferente, llena de aventuras y aprendizajes. Les propuso explorar el mundo exterior para descubrir cosas nuevas. Todos estuvieron de acuerdo con la idea y comenzaron a prepararse para su gran viaje.
Se despidieron del cementerio con alegría y emprendieron el camino hacia la ciudad vecina. Al llegar a la ciudad, los ex-zombies se encontraron con personas que nunca habían visto antes.
Al principio hubo temor y desconfianza, pero poco a poco fueron mostrando su verdadera esencia: seres amigables y valientes. Los ex-zombies demostraron que eran capaces de hacer cosas increíbles.
Ayudaron a las personas en diferentes tareas, como rescatar gatitos atrapados en los árboles o limpiar la basura de las calles. La gente se dio cuenta de que no importa cómo te veas por fuera, lo importante es cómo eres por dentro.
Todos aprendieron una valiosa lección sobre la importancia de la aceptación y el respeto hacia los demás. Juancito y sus amigos decidieron quedarse en la ciudad para seguir ayudando a quienes lo necesitaran. Se convirtieron en héroes locales y su historia se hizo famosa en todo el mundo.
A partir de ese momento, Zombilandia dejó de ser un pueblo olvidado para convertirse en un lugar lleno de vida y esperanza. Los ex-zombies demostraron que todos tenemos algo especial dentro de nosotros, solo hay que descubrirlo y compartirlo con el mundo.
Y así, Juancito Zombie junto a sus amigos vivieron felices para siempre, inspirando a otros a aceptarse tal como son y valorar las diferencias.
FIN.