Juanita y el misterio del carro roto



Juanita vivía con su madre, su padre y su hermano Gustavo en una pequeña casa en el barrio. A ella le encantaba acompañar a su papá en todo lo que hacía, pero sobre todo le gustaba ayudarlo a arreglar su viejo carro. Sin embargo, cada vez que le pedía a su papá que la dejara ayudarlo, él le decía: "Eso no es trabajo para niñas, Juanita". A pesar de esto, todas las veces que su papá salía a trabajar, Juanita se escapaba al garaje, tomaba algunas herramientas y revisaba el carro por su cuenta, con la esperanza de encontrar algo que pudiera arreglar.

Un día, mientras exploraba el garaje en busca de cosas útiles, Juanita descubrió un viejo libro de mecánica. Se sentó en el suelo y comenzó a hojear las páginas, leyendo sobre motores, llantas y sistemas eléctricos. Estaba tan concentrada que ni siquiera notó cuando su hermano Gustavo se acercó y le preguntó curioso qué estaba haciendo. Juanita le contó sobre su deseo de ayudar a su papá a arreglar el carro, pero cómo él siempre decía que eso no era para niñas.

Gustavo asintió con seriedad y le dijo: "Yo te ayudaré a aprender todo lo que necesitas sobre carros, Juanita. Juntos vamos a descubrir cómo arreglarlo". A partir de ese día, los dos hermanos pasaron sus tardes estudiando el libro de mecánica, practicando con las herramientas del garaje y observando a su papá cuando él trabajaba en el carro.

Finalmente, llegó el día en que el carro de su papá dejó de funcionar por completo, y él no sabía qué hacer. Juanita y Gustavo se les acercaron con determinación y le dijeron: "Papá, déjanos intentarlo. Hemos estado estudiando y practicando mucho". Su papá, sorprendido, les dio permiso para intentarlo.

Con mucho cuidado, Juanita y Gustavo revisaron el carro, recordando todo lo que habían aprendido. Y para sorpresa de su papá, lograron detectar el problema y arreglarlo. El carro volvió a funcionar mejor que nunca, y su papá no podía creer lo que sus hijos habían logrado.

Desde ese día, Juanita y su papá arreglaban el carro juntos, con Gustavo ayudándolos. Juanita demostró que no hay trabajos solo para niñas o solo para niños, sino que con determinación, esfuerzo y conocimiento, todos pueden lograr lo que se propongan.

FIN.

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