Juanita y el misterio del río



Juanita era una niña curiosa y aventurera que vivía en un pequeño pueblo cerca de un hermoso río. Siempre había deseado explorar sus aguas cristalinas, pero nunca se animaba a ir sola.

Hasta que un día, el sol brillaba intensamente en el cielo y una brisa fresca soplaba a través de los árboles, animándola a emprender la aventura por su cuenta. Decidida, Juanita preparó una mochila con algunas golosinas, su cuaderno de dibujo y lápices de colores.

Se puso su sombrero favorito y partió hacia el río con paso decidido.

Al llegar a la orilla, se detuvo maravillada por la belleza del paisaje: árboles verdes se reflejaban en el agua tranquila, pájaros cantaban alegremente y mariposas revoloteaban entre las flores silvestres. "¡Qué lindo es esto!" -exclamó Juanita emocionada mientras se sentaba en la hierba para disfrutar del espectáculo natural.

Mientras observaba cómo las hojas danzaban con el viento, escuchó un chapuzón repentino seguido de risas infantiles. Intrigada, se acercó sigilosamente al lugar de donde provenían los sonidos y descubrió a tres niños jugando en el agua. "¡Hola! ¿Puedo jugar con ustedes?" -preguntó Juanita tímidamente.

Los niños la miraron sorprendidos al principio, pero luego asintieron con entusiasmo. Pronto estaban chapoteando juntos en el río, riendo y divirtiéndose como si fueran amigos desde siempre. Descubrieron peces nadando bajo ellos, recolectaron piedras brillantes en la orilla y construyeron castillos de arena.

"¡Esto es increíble! Nunca pensé que pasaría algo así hoy", dijo Juanita felizmente mientras secaba sus pies al sol al finalizar la tarde.

Uno de los niños le ofreció una flor silvestre como regalo y le dijo: "Gracias por venir a jugar con nosotros". "Gracias a ustedes por aceptarme", respondió Juanita emocionada mientras guardaba la flor en su cuaderno junto con un dibujo del río y sus nuevos amigos. El sol comenzaba a ponerse en el horizonte cuando Juanita decidió regresar a casa.

Se despidió cálidamente de los niños prometiendo volver pronto para más aventuras juntos.

Mientras caminaba de regreso, reflexionó sobre lo valiente que fue al animarse a explorar sola y cómo esa decisión le permitió vivir momentos inolvidables e inesperados. Al llegar a casa, compartió emocionada su historia con su familia quienes escucharon atentamente cada detalle.

Esa tarde soleada junto al río no solo dejó recuerdos felices en el corazón de Juanita sino también lecciones importantes sobre valentía, amistad y apertura hacia nuevas experiencias que llevaría consigo para siempre.

FIN.

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