Juanita y las Flores Encantadas



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Verde, una niña llamada Juanita. Juanita era muy curiosa y le gustaba explorar el bosque que rodeaba su casa.

Un día, mientras caminaba entre los árboles, encontró unas plantas extrañas con hojas verdes y olor fuerte. Juanita se acercó a las plantas y vio que eran plantas de cannabis. Había escuchado algo sobre ellas en la escuela y sabía que no eran buenas para la salud.

A pesar de eso, decidió probarlas porque le pareció emocionante hacer algo prohibido. Al principio, Juanita disfrutaba fumar cannabis. Le hacía sentir relajada y feliz, pero pronto empezó a notar que le causaba problemas.

Se sentía cansada todo el tiempo, tenía dificultades para concentrarse en la escuela y sus amigos se alejaban de ella porque siempre estaba drogada. Un día, mientras Juanita estaba en el bosque fumando cannabis, se cruzó con un hada mágica llamada Aurora.

Aurora tenía cabello brillante como el sol y alas del color del arcoíris. Al ver a Juanita triste y confundida, decidió ayudarla. "Hola Juanita", dijo Aurora con voz suave. "He visto que estás pasando por un momento difícil.

¿Puedo ayudarte?"Juanita miró sorprendida al hada mágica y asintió con la cabeza. "Sí, estoy teniendo problemas por fumar cannabis. Me gusta cómo me hace sentir al principio, pero luego me hace mucho daño", confesó Juanita.

Aurora sonrió comprensiva y extendió su mano hacia Juanita. "Ven conmigo", dijo Aurora. "Te mostraré algo que te ayudará a dejar esa planta dañina". Juanita tomó la mano de Aurora y juntas volaron hacia lo alto de una montaña cercana.

En la cima de la montaña había un jardín lleno de flores multicolores y aromáticas. "Estas son flores mágicas", explicó Aurora. "Cada una tiene propiedades especiales que te harán sentir bien sin dañarte".

Juanita probó algunas flores del jardín y sintió cómo su cuerpo se relajaba sin necesidad de recurrir al cannabis. "¡Esto es maravilloso!", exclamó Juanita emocionada. Aurora asintió con una sonrisa en su rostro.

"Recuerda, querida Juanita, siempre hay alternativas saludables para sentirte bien sin dañarte a ti misma", dijo el hada mágica antes de desaparecer entre destellos de luz. Desde ese día, Juanita dejó atrás la cannabis y comenzó a cultivar su propio jardín de flores mágicas en casa.

Se convirtió en una niña feliz, llena de energía positiva y rodeada de amigos que valoraban su compañía sincera. Y así fue como Juanita aprendió que siempre hay opciones mejores para cuidar nuestro cuerpo y mente sin recurrir a sustancias nocivas.

FIN.

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