Juanito y el misterio del granero abandonado
Había una vez un joven llamado Juanito que vivía en la ciudad. Aunque disfrutaba de las comodidades y el bullicio de la vida urbana, siempre había sentido curiosidad por conocer cómo era vivir en el campo.
Un día, decidió hacer realidad su sueño y se fue a vivir a una pequeña granja en medio del campo. Al llegar, Juanito se dio cuenta de que no sería tan fácil como pensaba.
No sabía nada sobre plantar ni cuidar animales, pero estaba decidido a aprender. Conoció a Don José, un granjero muy amable que le ofreció enseñarle todo lo que necesitaba saber.
Los días pasaron y Juanito aprendió sobre sembrar semillas, regarlas adecuadamente y cuidar los cultivos para que crecieran sanos y fuertes. También aprendió a ordeñar vacas, reagarrar huevos de gallina e incluso montar a caballo.
Un día, mientras Juanito paseaba por el campo con su nuevo amigo Don José, encontraron un pequeño pollito perdido en medio del camino. El pollito estaba asustado y solo. Juanito decidió llevarlo consigo y llamarlo Panchito. Juanito cuidó de Panchito con mucho amor y dedicación.
Le construyó un pequeño corral donde pudiera jugar libremente durante el día y dormir seguro por las noches. Además, le daba alimento fresco todos los días. Pero un día algo inesperado sucedió: Panchito desapareció misteriosamente. Juanito buscó por todas partes sin éxito alguno.
Estaba triste y preocupado porque no sabía qué le había pasado a su querido Panchito. Decidido a encontrarlo, Juanito comenzó a buscar pistas por todo el campo. Siguió huellas y rastros hasta llegar a un granero abandonado.
Allí encontró a Panchito encerrado, asustado y hambriento. Juanito rápidamente desató la puerta del granero y abrazó a Panchito con alegría. Juntos regresaron a la granja donde Don José los esperaba preocupado.
Juanito le contó lo que había sucedido y Don José le explicó que en el campo también hay peligros para los animales, como los zorros que pueden acecharlos. A partir de ese día, Juanito aprendió sobre cómo proteger a sus animales de los peligros del campo.
Construyó cercas más altas y seguras, instaló luces para ahuyentar a los depredadores y siempre estuvo atento para cuidar de ellos. Con el tiempo, Juanito se convirtió en un experto granjero.
Sus cultivos crecían fuertes y saludables, sus animales estaban felices y seguros, y él se sentía pleno viviendo en el campo. Juanito aprendió que vivir en el campo no era solo disfrutar de la tranquilidad y la naturaleza; también implicaba responsabilidad y cuidado hacia los seres vivos que dependían de él.
Y así fue como Juanito encontró su verdadero hogar en medio del campo: rodeado de plantas florecientes, animalitos juguetones ¡y mucha felicidad!
FIN.