Juanito y la lección de la amabilidad



Había una vez en un pequeño pueblo, un niño travieso llamado Juanito. A pesar de tener buen corazón, a veces se portaba mal y causaba problemas en la escuela y en su vecindario.

Sus amigos, Martina, Lucas y Sofía, siempre trataban de ayudarlo a comportarse mejor, pero Juanito parecía no querer escuchar. Un día, Juanito decidió jugar una broma pesada a su maestra dejando tizas escondidas en su silla.

Cuando la maestra se sentó, las tizas se rompieron y mancharon su vestido favorito. La maestra estaba muy triste y decepcionada con Juanito. Martina, Lucas y Sofía vieron lo que había hecho e inmediatamente fueron a hablar con él.

"Juanito, ¿por qué hiciste eso? ¡Lastimaste los sentimientos de nuestra maestra!" -exclamó Martina con voz preocupada. Juanito bajó la mirada avergonzado. Sabía que había cometido un error grave esta vez. "Lo siento mucho chicos...

No sé por qué hago estas cosas" -respondió Juanito con sinceridad. Martina puso una mano en el hombro de Juanito y le dijo: "Sabemos que puedes ser mejor persona si te lo propones. Todos cometemos errores, pero lo importante es aprender de ellos".

Los amigos decidieron ayudar a Juanito a cambiar su actitud. Le propusieron hacer actividades juntos para canalizar su energía de forma positiva. Comenzaron a organizar juegos en el parque, pintar dibujos para regalar a personas mayores del pueblo y colaborar en labores comunitarias.

Con el tiempo, Juanito empezó a sentirse más feliz al ver cómo sus acciones podían traer alegría a los demás. Se dio cuenta de que ser amable y generoso era mucho más gratificante que portarse mal para llamar la atención.

Un día, mientras estaban limpiando el parque del pueblo junto a sus amigos, vieron llegar a la maestra con una sonrisa en el rostro.

"¡Hola chicos! Estoy tan orgullosa de ver todo el trabajo duro que están haciendo juntos", exclamó la maestra emocionada. Juanito sintió un nudo en la garganta al recordar lo mal que se había comportado con ella anteriormente. Sin embargo, la maestra se acercó a él y le dijo: "Todos cometemos errores querido Juanito.

Lo importante es reconocerlos y cambiar para ser mejores personas". Desde ese día, Juanito siguió esforzándose por ser amable y solidario con los demás.

Agradeció tener amigos maravillosos como Martina, Lucas y Sofía quienes siempre estuvieron allí para ayudarlo cuando más lo necesitaba. Y así fue como Juanito aprendió que todos tenemos la capacidad de cambiar para bien si tenemos el apoyo adecuado y estamos dispuestos a esforzarnos por ser mejores cada día.

FIN.

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