Juanito y los hombrecitos verdes del espacio


. - ¡Mira, mamá! -exclamó Juanito mientras señalaba hacia el cielo-. ¡Una nave espacial! La madre de Juanito miró hacia arriba y también vio la pequeña nave que se acercaba a gran velocidad hacia su patio trasero.

- ¡Rápido, todos adentro! -gritó la madre mientras tomaba de la mano a su hijo y corría hacia la casa junto con su esposo. Cuando llegaron al interior de la casa, escucharon un fuerte estruendo que venía desde afuera.

La familia se asomó por una ventana para ver qué había pasado y notaron que la nave había caído cerca del árbol grande del jardín trasero.

Juanito estaba emocionado por lo que acababa de presenciar y no podía esperar para saber más sobre los visitantes extraterrestres. Con mucho cuidado, salió corriendo hacia el lugar del impacto. Cuando llegó, encontró dos pequeños hombrecitos verdes dentro de la nave. - ¡Hola! -dijo Juanito en voz alta para llamar su atención-.

¿Están bien? Los hombrecitos parecían confundidos pero luego sonrieron al ver al niño humano frente a ellos. Uno de ellos habló en un idioma extraño pero Juanito pudo entenderlo gracias al dispositivo traductor universal que llevaban consigo los visitantes.

- Hola, somos Zorg y Mip.

Venimos desde el planeta Zoraxia en busca de nuevas formas de vida inteligente -dijo Zorg con una sonrisa amistosa en su rostro- ¿Podrías ayudarnos a reparar nuestra nave? Juanito estaba encantado de poder ayudar a sus nuevos amigos extraterrestres. Con la ayuda de su padre, lograron reparar la nave y los dos hombrecitos verdes se prepararon para partir. - ¡Muchas gracias por ayudarnos! -dijo Mip mientras se despedía con un abrazo-.

No olvidaremos tu amabilidad, Juanito. La nave espacial despegó y voló hacia el espacio exterior.

Juanito estaba emocionado por haber hecho nuevos amigos en el universo y decidió que algún día también viajaría al espacio para explorar otros planetas y conocer nuevas formas de vida inteligente. Desde ese día, Juanito trabajó duro en la escuela y aprendió todo lo que pudo sobre ciencia y tecnología para estar preparado para su futuro como astronauta.

Y así, gracias a su encuentro con Zorg y Mip, descubrió su verdadera pasión por la exploración del universo.

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