Juano y su trío de ruedas
Juano vivía en la ciudad de Buenos Aires, una ciudad llena de movimiento y color. Cada día veía pasar por las calles autos veloces, bicicletas ágiles y motos ruidosas.
Él soñaba con tener uno de cada uno, pero sabía que debía elegir solo uno para poder moverse por la ciudad. Un día, mientras paseaba por el parque, se encontró con Don Tito, un simpático anciano que tenía un taller de reparación de bicicletas.
Don Tito notó la mirada curiosa de Juano y decidió acercarse a él. "¡Hola, joven! Veo que te gustan mucho las bicicletas. ¿Te gustaría aprender a andar en una?", preguntó Don Tito con una sonrisa amable.
Juano asintió emocionado y aceptó la invitación del anciano. Don Tito le enseñó paso a paso cómo subirse a la bicicleta, pedalear y mantener el equilibrio.
Juano estaba feliz descubriendo lo divertido que era andar en bici por el parque, sintiendo el viento en su rostro y viendo pasar los árboles a toda velocidad. Después de unas cuantas vueltas alrededor del parque, Juano se detuvo junto a Don Tito y le dijo: "¡Gracias por enseñarme a andar en bicicleta! ¡Es genial!".
"De nada, joven. Recuerda que en la vida es importante probar cosas nuevas antes de tomar una decisión", respondió sonriente Don Tito. Juano siguió pensando en cuál sería el mejor medio de transporte para él.
Decidió visitar un concesionario de autos para conocer más sobre ellos. Al llegar allí, fue recibido por Martín, un vendedor muy entusiasta. "¡Hola Juano! ¿Estás interesado en comprar un auto? Tenemos modelos increíbles que te van a encantar", dijo Martín mostrándole diferentes opciones.
Juano se subió a varios autos, probando cómo se sentía al volante y disfrutando del olor a nuevo que desprendían. Sin embargo, algo dentro de él le decía que aún no era momento de decidir.
De regreso a casa, Juano vio pasar una moto deportiva rugiendo como un león por las calles empedradas. Quedó impresionado por su velocidad y agilidad. Decidió investigar más sobre las motos y sus beneficios como medio de transporte.
Así fue como conoció a Valentina, una motociclista experimentada que le explicó todo lo necesario para conducir una moto con seguridad: cómo equilibrarse en las curvas, cómo frenar adecuadamente y qué accesorios eran indispensables para protegerse.
Después de unas clases prácticas con Valentina, Juano se dio cuenta de lo emocionante que era manejar una moto: sentir la adrenalina correr por sus venas mientras recorría las calles era algo único e inigualable.
Finalmente llegó el día en el que Juano tuvo que tomar una decisión: ¿se quedaría con la bici ágil y saludable; o elegiría el auto cómodo pero menos aventurero; o quizás optaría por la moto rápida e intrépida? Después de meditarlo mucho recordo lo dicho x don tito"Recuerda que en la vida es importante probar cosas nuevas antes d tomar decisiones".
Y entonces tomò 1 gran resolución: ¡No me quedare solo cn 1! Usare cada uno segun mi necesidad! Desde ese día, Juano disfrutaba al máximo cada medio d transporte según lo q necesitara: Elegia l bicix ir al parc, a pie pasear x barrio, o manejr auto pr ir d viaje c familia, o monto n su moto pr sentir l libertad n ls rutas.
Supo q no tenia q limitarse, sino adaptarse según l ocasión, pues caduno tnia algo especial q ofrecerle.
Y así,Juano aprendio qe n ls elecciones no siempre hay qe esagarrar 1sola opción, sino aprender aprovechar ls oportunidades q nos brindan ls distintos caminos, q muchas veces pueden complementarnos haciendonos mas versatiles, felices, y completos. "Siempre habrá tiempo pr disfrutarlos todos"susurraba sonriendo mientras partia hacia 1 nuev aventura, junto sus queridos medios d transporte, q ahora consideraba amigos fieles, dandole alas pra surcar nuevos horizontes juntos.
El niño había encontrado su camino entre autos, bicis, motos, y mucha diversiónY color! Y así vivieron felices x siempre, xq supieron valorizar, cada detalle, cada instante, en este bello mundo lleno colores, y movimientos!
FIN.