Juego, el bolito perseverante



Había una vez en el hermoso pueblo de Bololandia, un bolito llamado Juego que soñaba con ser el mejor jugador de bolos de todo el lugar.

Desde pequeño practicaba todos los días en la bolera del pueblo, lanzando las pesadas bolas con toda su fuerza y concentración. Un día, se enteró de un torneo de bolos que se celebraría en Bololandia y decidió que era su oportunidad para demostrar su habilidad.

Se inscribió emocionado y esperó ansioso el día del torneo. El gran día llegó y Juego se encontraba nervioso pero determinado a dar lo mejor de sí.

En la primera ronda logró derribar cinco pinos con un solo lanzamiento, en la segunda ronda derribó tres pinos más. Lamentablemente no pudo conseguir más puntos en las siguientes rondas y al finalizar la competencia solo había sumado seis puntos.

- ¡Oh no! ¡No logré mi objetivo de sumar siete puntos! - lamentaba Juego desanimado mientras recogía sus cosas. En ese momento, se acercó a él un viejo bolito llamado Strike, quien había sido campeón de bolos en sus mejores tiempos. - No te desanimes, Juego. A veces es necesario caer para poder levantarse más fuerte.

La perseverancia y la práctica constante son clave para alcanzar tus metas - le dijo Strike con voz sabia. Juego escuchó atentamente las palabras del experimentado bolito y sintió una nueva determinación crecer dentro de él.

Decidió seguir practicando sin descanso para mejorar su técnica y fuerza en cada lanzamiento. Pasaron semanas de arduo entrenamiento hasta que llegó otro torneo importante en Bololandia. Juego estaba listo para demostrar todo lo que había aprendido durante ese tiempo.

En esta ocasión, Juego logró mantener la calma y enfocarse en cada uno de sus lanzamientos. Con precisión y destreza derribó pinos tras pinos, sumando punto tras punto hasta llegar a la última ronda con seis puntos nuevamente.

- Solo me falta un pino para alcanzar mi objetivo - pensaba Juego mientras se preparaba para el último lanzamiento. Concentrado al máximo, tomó impulso y soltó la bola con toda su fuerza.

El impacto fue perfecto y el último pino cayó al suelo provocando un estruendoso sonido que resonó por toda la bolera. - ¡Siete puntos! ¡Lo logré! - gritaba emocionado Juego mientras era aplaudido por todos los presentes.

Desde ese día, Juego se convirtió en una leyenda viva del mundo de los bolos en Bololandia. Su historia inspiradora motivaba a otros jugadores a nunca rendirse ante los obstáculos y siempre luchar por sus sueños con pasión y perseverancia.

FIN.

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