Juegos de Familias



Era un día soleado en el parque y un grupo de niños decidió jugar a hacer familias. Una de ellas era Sofía con su mamá, así que empezó con su familia biparental:

"¡Yo soy Sofía y tengo a mi mamá y a mi papá! ¡Vivimos juntos en una casa con un perro gordon llamado Pipo!"

Mientras tanto, Lucas saltó emocionado a la pista de juegos.

"¡Yo soy Lucas! ¡Mi familia es diferente porque solo tengo a mi mamá! Ella es la mejor cocinera y siempre hace mis comidas favoritas: empanadas y brownies."

Los niños miraron a Lucas con curiosidad, cuando se unió Belén, que estaba un poco pensativa.

"Yo tengo dos mamás. Se llaman Carla y Jimena. A veces, hacemos picnics en el parque, y me cuentan cuentos muy divertidos. Son geniales."

Todos quedaron sorprendidos, pero pronto comenzaron a reír y a imaginar lo divertido que sería tener dos mamás.

En eso, Tomás apareció saltando con su hermana Clara.

"¡Hola! ¡Nosotros somos una familia reconstituida! Yo tengo un papá que se casó con la mamá de Clara, y ahora tenemos dos casas, ¡y dos veces más juguetes!"

"¡Y a veces hacemos fiestas donde mezclamos nuestras familias!" añadió Clara, sonriendo.

Los niños se miraron, pensando en lo divertido que sería tener tantas combinaciones diferentes. Pero entonces, Renata llegó llorando.

"¡Mis amigos no quieren jugar conmigo!"

Todos se acercaron para consolarla.

"¿Qué pasa, Renata?" preguntó Sofía.

"No tengo papá, solo tengo a mi mamá y a mí me gustaría tener una familia normal… como la de Lucas."

Lucas la miró:

"No hay nada de normal en nuestras familias. Cada uno tiene su propia normalidad. Tienes una mamá que te quiere un montón. Eso es especial."

Los niños se reunieron en un círculo, y empezaron a compartir anécdotas de sus familias, dándose cuenta de todo lo que tenían en común, a pesar de las diferencias.

"¡Podemos armar un juego!" se le ocurrió a Tomás.

"Sí, hagamos un desfile de familias. Aquí, cada uno muestra cómo es su familia y lo que la hace única. ¡Vamos a hacer pancartas!" propuso Sofía con entusiasmo.

Mientras dibujaban, Lucas tuvo una idea brillante.

"¡Y podemos invitar a las familias de todos! ¡Tendríamos la fiesta más grande del mundo!"

Impresionados, todos comenzaron a ayudar y, en un instante, el parque se llenó de colores, risas y diferentes tipos de familias.

El día del desfile, cada familia se presentó en su pancarta:

"¡Familia de Sofía! Variedad de juegos y una mesa llena de dulces!"

"¡Familia de Lucas! Empanadas hechas con amor."

"¡Familias de Belén! ¡Dos mamás para cuentos sin fin!"

"¡Familia reconstituida de Tomás y Clara! ¡Juegos y dos casas para compartir!"

Cada uno se sintió orgulloso de su familia, y Renata se dio cuenta de que su mamá también le daba mucho amor.

Al final del día, todos los niños se dieron un abrazo y se sintieron parte de una gran comunidad.

"¡Todos somos diferentes, pero eso nos hace especiales!" dijo Clara.

Y así, aprendieron que, aunque cada uno tiene su propia forma de vivir en familia, el amor siempre es lo más importante.

A partir de ese día, el juego de hacer familias se convirtió en una celebración continua de sus diferencias y sus conexiones.

FIN.

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