Juguetes mágicos


Luis y Sofía eran dos amigos inseparables que amaban pasar tiempo juntos en el parque de diversiones. Un día, mientras disfrutaban de los juegos mecánicos, comenzaron a notar cosas extrañas.

- ¿Viste eso, Sofi? -preguntó Luis señalando una pantalla de computadora cercana-. ¡Acaba de salir un muñeco! Sofía se acercó para ver mejor y efectivamente, un pequeño muñeco salió corriendo desde la pantalla hacia ellos. - ¡Qué raro! -exclamó Sofía-.

¿De dónde habrá salido ese muñeco? Mientras seguían caminando por el parque, notaron que cada vez más pantallas mostraban la misma escena: pequeños muñecos saliendo como si fuesen duendes. Pero lo más extraño era cómo estos juguetes comenzaban a transformarse en algo completamente diferente.

- Mira Luis, ese no es un simple muñeco -señaló Sofía asombrada-. ¡Se está convirtiendo en un robot! Los amigos observaron fascinados cómo los juguetes se transformaban en diferentes objetos: robots gigantes, animales fantásticos e incluso naves espaciales.

Pero entonces descubrieron algo aún más sorprendente: cada uno de los objetos tenía una etiqueta con una palabra escrita. Al leer las palabras juntas formaban una oración:"Transforma tus sueños en realidad". Luis y Sofía entendieron rápidamente lo que debían hacer.

Cada uno tomó uno de los juguetes y empezaron a imaginar qué querían ser cuando fueran grandes. Luis imaginó ser astronauta y su robot se convirtió en una nave espacial.

Sofía imaginó ser veterinaria y su animal fantástico se convirtió en un unicornio. De repente, los amigos sintieron cómo sus cuerpos se elevaban hacia el cielo. Abrieron los ojos y se dieron cuenta de que estaban volando en la nave espacial y en el lomo del unicornio.

- ¡Lo logramos! -gritó Luis emocionado-. ¡Transformamos nuestros sueños en realidad! Sofía sonrió con lágrimas en los ojos.

Habían descubierto que no importaba cuán extrañas fueran las cosas que sucedían a su alrededor, siempre podían encontrar una forma de hacer realidad sus sueños si creían lo suficientemente fuerte. Desde ese día, Luis y Sofía nunca dejaron de soñar y trabajar para convertir esos sueños en realidad.

Y cada vez que regresaban al parque de diversiones, recordaban esa experiencia única e inspiradora que les había enseñado a perseguir sus metas sin importar qué obstáculos encontraran en el camino.

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