Juja, Hele y su gran corazón



Un día, mientras paseaban por el bosque cercano a la casa de su abu Marta, Juja y Hele encontraron un pequeño cachorro perdido. El cachorro estaba asustado y sollozando.

"¡Mira, Juja! ¡Es un perro! ¡Podemos cuidarlo!" dijo emocionada Hele. "Pero yo prefiero los gatos, Hele" respondió Julia con cierta preocupación. "No importa, podemos ayudar al cachorro juntos", dijo Hele con una sonrisa en su rostro.

Las mellizas tomaron al cachorro en sus brazos y lo llevaron a la casa de su abu Marta para darle agua y comida. Descubrieron que el cachorro no tenía dueño, así que decidieron adoptarlo y llamarlo Max.

Los días pasaron rápidamente y Juja y Hele se encargaban de cuidar a Max durante todo el día. Juja descubrió que le gustaba jugar con perros tanto como a su hermana melliza. A veces jugaban con pelotas y otras veces corrían por el jardín juntos.

Una tarde soleada, mientras paseaban por el bosque nuevamente junto a Max, se encontraron con una familia de gatos callejeros. Los gatitos parecían hambrientos y asustados. Julia sintió lástima por ellos e inmediatamente corrió hacia ellos para acariciarlos.

"¡Mira cuántos gatos! ¿Podemos llevarlos también?" preguntó entusiasmada Hele. Julia pensó en ello un momento antes de responder: "Sí, podemos cuidarlos si prometes ayudarme".

Las mellizas llevaron a los gatitos a la casa de su abu Marta y les dieron algo de comida. Descubrieron que los gatitos eran muy amigables y juguetones, así que decidieron adoptarlos también.

Juja y Hele aprendieron una valiosa lección: no importa si te gustan más los perros o los gatos, lo importante es ayudar a aquellos que necesitan ayuda sin importar su especie. Y así, Juja y Hele vivieron felices junto a Max, sus nuevos amigos felinos y su amor por todos los animales.

FIN.

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