Juli y el dragón mágico



Había una vez una joven llamada Juli, quien estaba estudiando para convertirse en profesora de informática.

Un día, mientras estudiaba en su habitación, se topó con un extraño libro que hablaba sobre un dragón mágico capaz de transportar a las personas a cualquier parte del mundo. Juli no podía creer lo que leía y decidió probar si era cierto. Buscó al dragón y después de varias semanas lo encontró escondido en una cueva muy profunda.

El dragón estaba dormido y parecía estar muy cansado, pero Juli decidió despertarlo e intentar montarlo. Después de varios intentos fallidos, el dragón finalmente se levantó y permitió que Juli subiera a su lomo.

Juli nunca había sentido algo tan emocionante como volar por los cielos en la espalda de un dragón. Se sintió libre como nunca antes había experimentado. Después de viajar durante días enteros, llegaron a un hermoso reino lleno de castillos y príncipes y princesas.

Allí conoció a la princesa África, quien la recibió amablemente en su castillo. África estaba triste porque quería ser independiente pero no sabía cómo hacerlo sin ofender a su padre el rey.

Juli se ofreció para ayudarla y juntas comenzaron a trabajar en un plan para demostrarle al rey que África ya era mayor para tomar sus propias decisiones. Un día encontraron una oportunidad perfecta cuando el rey tuvo que salir del reino por unos días por asuntos importantes.

Durante ese tiempo, África tomó las riendas del castillo y demostró que era capaz de tomar decisiones importantes y responsables. Cuando el rey regresó, se sorprendió gratamente al ver lo bien que África había manejado las cosas en su ausencia.

Juli también recibió elogios por su ayuda y amistad con la princesa. Juli descubrió que no solo era buena con la informática, sino que también podía ser una gran ayudante para aquellos que necesitaban un empujón en sus vidas.

Y así, decidió seguir viajando por todo el mundo junto a su dragón mágico, ayudando a personas como África a encontrar su camino hacia la independencia y la felicidad.

"Gracias Juli por mostrarme cómo puedo ser fuerte e independiente", dijo África. "No hay de qué, querida amiga", respondió Juli sonriendo mientras abrazaba a África. "Recuerda siempre confiar en ti misma y seguir tus sueños".

FIN.

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