Julia, Emilio y la Bruja Mamara

Era una noche de diciembre en el pequeño pueblo de Arcoíris donde Julia y Emilio, dos hermanitos aventureros, esperaban con ansias la llegada de la Navidad. Los adornos brillaban con luces y el aire olía a galletitas recién horneadas. Sin embargo, un peligro acechaba en las sombras: la malvada bruja Mamara, que decidió que este año sería ella quien controlara la Navidad.

La bruja Mamara tenía el pelo enredado como tentáculos de medusa, lo que la hacía parecer aún más temible. Había escuchado que los niños de Arcoíris hacían una gran fiesta cada año, y no podía soportar la idea de que fueran felices sin ella. Así que, con un par de fórmulas mágicas y un toque de maldad, Mamara lanzó un hechizo sobre el pueblo.

De repente, las luces comenzaron a parpadear empezando a desvanecerse, los árboles de Navidad perdían sus adornos y la risa de los niños se convirtió en llanto.

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