Julito y sus orejas mágicas



En un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza vivía un niño llamado Julito. Julito tenía un don especial: sus orejas eran tan largas que la gente del pueblo lo comparaba con el famoso personaje de Dumbo.

Esto hacía que Julito se sintiera muy inseguro y triste, pensando que todos se burlaban de él. Un día, Julito decidió ir al bosque a llorar en secreto por sus orejas. Mientras lloraba, escuchó un susurro proveniente de los árboles.

-¿Por qué estás tan triste, Julito? -. Julito se sorprendió al ver a un conejito blanco con ojos brillantes mirándolo. El conejito le dijo que tenía orejas especiales que le permitirían escuchar los deseos más profundos de las personas.

Julito, incrédulo, decidió seguir al conejito y descubrió que sus orejas podían captar los deseos de los habitantes del pueblo.

Julito se dio cuenta de que sus orejas no eran un defecto, ¡eran mágicas! A partir de ese día, Julito usó sus orejas para ayudar a la gente del pueblo a encontrar la felicidad. Al final, Julito entendió que ser diferente era algo maravilloso y que sus orejas, lejos de ser motivo de vergüenza, eran su mayor tesoro.

Todos en Villa Esperanza admiraban a Julito por su bondad y valentía, y él se convirtió en un símbolo de amor y comprensión para todos. Desde entonces, Julito vivió feliz y orgulloso de sus orejas mágicas.

FIN.

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