Juntas ante la adversidad


Había una vez en un barrio muy colorido y alegre, dos nenes llamados Martina y Valentina.

Martina era una niña curiosa y risueña, siempre con una sonrisa en el rostro; mientras que Valentina era más tímida pero muy inteligente y creativa. Un día, Martina se dio cuenta de que le gustaba estar cerca de Valentina más que de cualquier otra persona.

Le encantaba escuchar sus historias, ver cómo dibujaba e incluso sentía mariposas en el estómago cuando la veía sonreír. Al principio, Martina no entendía por qué se sentía así, pero luego decidió hablar con su mamá al respecto.

"Mamá, ¿crees que es normal que me sienta tan feliz cuando estoy con Valentina?", preguntó Martina con cierta timidez. La mamá de Martina sonrió tiernamente y le respondió: "Claro que es normal, querida. A veces las personas podemos sentir cosas especiales por otras personas sin importar su género".

Martina se sintió aliviada al escuchar las palabras de su mamá y decidió seguir siendo amiga de Valentina sin preocuparse por lo que pudieran decir los demás. Sin embargo, un día en la escuela, algunos compañeros comenzaron a burlarse de ellas por pasar tanto tiempo juntas.

"¡Mirá a Martina y Valentina! ¡Son novias!", gritó uno de los niños mientras todos reían. Martina sintió cómo el rubor subía a sus mejillas y miró a Valentina esperando ver vergüenza en su rostro.

Pero para sorpresa de Martina, Valentina simplemente le dedicó una amplia sonrisa y tomó su mano con valentía. "No nos importa lo que piensen los demás", dijo Valentina con determinación. "Lo importante es lo felices que somos juntas".

Las palabras de Valentina llenaron el corazón de Martina de alegría y coraje. Se dio cuenta de que no importaba lo que dijeran los demás, lo único importante era la hermosa amistad que tenía con Valentina.

Desde ese día, Martina y Valentina siguieron compartiendo momentos maravillosos juntas sin dejar que nada ni nadie perturbara su felicidad.

Y así, entre risas y aventuras, Martina aprendió una gran lección: el amor verdadero va más allá del qué dirán o las etiquetas; se trata simplemente de ser auténtico consigo mismo y valorar a aquellos que nos hacen sentir especiales cada día. Y colorín colorado este cuento ha terminado... ¡pero la amistad entre Martina y Valentina continuará floreciendo para siempre!

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