Juntos al Baño

Había una vez en un pequeño pueblo, una niña llamada Jimena. Jimena era muy inteligente y cariñosa, pero tenía un miedo que la preocupaba mucho: le daba pánico ir al baño sola.

Siempre pedía a su mamá o papá que la acompañaran, incluso cuando ya era mayorcita. Un día, mientras jugaba en el parque del pueblo, vio a un niñito de tres años que estaba aprendiendo a ir al baño solito.

El niño se acercó al baño con seguridad y sin miedo alguno. Jimena se quedó impresionada y pensó que si él podía hacerlo, ¡ella también podría! Decidió acercarse al niñito y preguntarle cómo lo había logrado.

El niño le respondió con una sonrisa:"Hola, soy Mateo. ¿Tú eres Jimena? ¿Por qué te da miedo ir al baño?"Jimena asintió tímidamente y le contó a Mateo sobre su miedo. Mateo la escuchó atentamente y luego le dijo:"No te preocupes, Jimena.

Yo también tuve miedo al principio, pero mi mamá me enseñó paso a paso cómo hacerlo. ¿Quieres que te ayude?"Jimena asintió emocionada y juntos se dirigieron al baño del parque.

Mateo le explicó a Jimena cada paso: cómo bajar los pantalones, sentarse en el inodoro, limpiarse bien y lavarse las manos después. Poco a poco, con la paciencia de Mateo y su amistad reconfortante, Jimena fue perdiendo el miedo.

Se dio cuenta de que no estaba sola en ese proceso y que podía superarlo con ayuda. Después de varios intentos y prácticas juntos, llegó el momento en que Jimena finalmente pudo ir al baño solita sin sentir tanto temor. Estaba feliz y orgullosa de sí misma.

Desde ese día, Jimena ayudaba a otros niños del pueblo que tenían el mismo miedo que ella había tenido. Les contaba su historia con Mateo como inspiración para superar sus propios temores.

Y así, gracias a la valentía de Mateo y la determinación de Jimena por enfrentar sus miedos, todos aprendieron juntos una gran lección: con apoyo mutuo y paciencia se pueden superar cualquier obstáculo.

Y colorín colorado este cuento tan especial ha terminado ¡Qué bonita aventura vivieron estos dos amigos!