Juntos ante la tormenta


Había una vez un grupo de amigos muy especial. El Polli, Bert, Fer, Gus, Karineta, Gabi, Cachorro y Toti eran compañeros desde la escuela primaria y siempre estaban juntos.

Pero con el tiempo fueron creciendo y cada uno tomó caminos diferentes. Aunque seguían en contacto por teléfono o redes sociales, hacía mucho que no se veían en persona. Un día recibieron una invitación de su querida maestra Cris para reunirse todos en su casa.

La noticia los emocionó muchísimo y empezaron a planear todo lo que iban a hacer cuando se vieran. "No puedo esperar para abrazarlos a todos", dijo Gabi con entusiasmo.

"Yo voy a llevar mi guitarra para cantar todas nuestras canciones favoritas", agregó Cachorro. "Y yo prepararé unas pizzas caseras deliciosas", dijo Fer. Finalmente llegó el día de la reunión y los amigos estaban más felices que nunca.

Al llegar a la casa de Cris se dieron un gran abrazo y comenzaron a recordar viejos tiempos. "¿Se acuerdan cuando nos escapábamos al recreo?", preguntó Karineta mientras reía. "¡Y cuando jugábamos al fútbol en el patio!", agregó El Polli emocionado.

"O cuando hicimos aquel proyecto sobre los animales salvajes", comentó Bert con nostalgia. Pero mientras compartían sus recuerdos más preciados, algo inesperado sucedió: comenzaron a llover fuertes gotas sobre ellos. Todos corrieron hacia adentro buscando refugio pero se encontraron con una sorpresa aún mayor: la casa de Cris estaba inundada.

"¡Qué vamos a hacer ahora!", exclamó Gus preocupado. "No se preocupen, chicos. Vamos a solucionar esto juntos", dijo Cris con una sonrisa tranquilizadora.

Así que todos pusieron manos a la obra para sacar el agua y limpiar el lugar. Aunque al principio estaban tristes por lo ocurrido, poco a poco fueron encontrando la diversión en esa situación inesperada.

Cantaron canciones mientras secaban los muebles, contaron chistes mientras pasaban la aspiradora y hasta improvisaron un juego de mesa con cartones que encontraron en el garaje. Finalmente lograron arreglar todo y quedó aún mejor que antes. La casa de Cris estaba más acogedora que nunca gracias al trabajo en equipo de todos sus amigos.

"Nunca pensé que íbamos a pasar una tarde tan divertida", dijo Bert mirando su reloj. "Ya es tarde, tenemos que irnos", agregó El Polli algo apenado. "Pero no se preocupen, nos volveremos a ver pronto", dijo Gabi con una gran sonrisa.

Y así fue como los amigos se despidieron prometiendo volver a reunirse muy pronto. Aprendieron que aunque las cosas no siempre salgan como uno espera, siempre hay un lado positivo si se trabaja juntos y se mantiene un espíritu positivo.

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