Juntos contra el bullying
Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, un grupo de amigos que se reunían todos los días después de la escuela para jugar y divertirse.
Sin embargo, uno de ellos, llamado Pedro, siempre era el blanco de las burlas y los maltratos por parte del resto del grupo. Pedro no sabía qué hacer para detener el acoso, se sentía solo e incomprendido.
Un día, mientras caminaba por el parque llorando, se encontró con Chivato, un perro callejero muy inteligente y astuto. Chivato notó la tristeza en el rostro de Pedro y decidió ayudarlo. "¿Qué te pasa amigo?"- preguntó Chivato preocupado. "Ellos me hacen bullying todo el tiempo. Me siento tan mal.
"- respondió Pedro entre sollozos. "No debes permitir que te hagan eso. Tienes derecho a ser respetado y valorado como cualquier otra persona"- dijo Chivato con voz firme-. "Debes hablar con alguien adulto sobre lo que está sucediendo".
Pedro nunca había pensado en esa posibilidad. ¿Decirle a un adulto lo que estaba pasando? Eso sonaba terriblemente difícil e incómodo. Pero Chivato le aseguró que era lo correcto hacer. "No tengas miedo amigo.
Yo estaré contigo todo el tiempo"- le dijo Chivato antes de desaparecer entre los arbustos del parque.
La idea comenzó a dar vueltas en la cabeza de Pedro hasta que finalmente tomó coraje y habló con su madre sobre lo que estaba sucediendo en la escuela. Ella se sorprendió mucho al enterarse, pero inmediatamente se puso en contacto con la directora del colegio para poner fin al acoso. La directora tomó medidas rápidas y efectivas para detener el bullying.
Habló con los otros niños involucrados y les explicó lo mal que estaban actuando. Les hizo entender que Pedro merecía respeto y amistad, no burlas ni maltratos.
Con el tiempo, los chicos aprendieron a valorar la diferencia y aceptar a Pedro por quien era. Todos se hicieron amigos de verdad y comenzaron a disfrutar juntos de sus tardes en el parque.
Pedro nunca olvidaría cómo Chivato le enseñó a tener coraje para hablar con un adulto sobre lo que estaba sucediendo, algo que cambió su vida para siempre. Desde entonces, prometió ser valiente y defender siempre sus derechos y los de los demás.
Y así fue como Pedro aprendió una importante lección: nunca es tarde para pedir ayuda cuando nos sentimos solos o acosados. Alguien siempre estará allí dispuesto a escucharnos y ayudarnos a encontrar soluciones justas e igualitarias.
FIN.