¡Juntos contra el ciberbullying!



Era un día soleado en la escuela San Patricio, y los alumnos estaban ansiosos por el receso. Carito, una nena de ojos brillantes y una sonrisa contagiosa, siempre estaba rodeada de amigos. Joaquín, un chico amable pero un poco tímido, la admiraba desde lejos. Sin embargo, lo que no sabía Carito era que Joaquín estaba atravesando un momento difícil en su vida: había sido víctima de ciberbullying por parte de algunos compañeros en las redes sociales.

Un día, mientras la clase de computación estaba finalizando, una de las amigas de Carito, Lucrecia, mostró en la pantalla del aula un mensaje burlón que habían escrito en un grupo de su clase sobre Joaquín. La pantalla mostró la imagen de Joaquín con un texto que decía: “¡Joaquín es un nerd, no sabe nada de fútbol! ”. Todos comenzaron a reírse, excepto Carito.

"Eso no está bien, chicos" - dijo Carito, frunciendo el ceño, mientras un nudo se formaba en su estómago. Joaquín bajó la mirada, incómodo y triste.

"¿Qué te pasa, Carito?" - preguntó Lucrecia, sorprendida por su reacción.

"Es solo una broma, no lo tomen tan a pecho. Además, ¡él puede ser un nerd, pero también es un amigo!" - respondió Carito, con firmeza.

Esa noche, mientras navegaba por su tablet, Carito vio un mensaje en su grupo de amigos que hablaba sobre Joaquín de manera negativa. Recordó el rostro de Joaquín, triste y apenado, y decidió actuar.

"Hola, chicos, ¿vieron lo que escribieron de Joaquín?" - les envió por el grupo.

Algunas respuestas llegaron rápidamente:

"Es solo un chiste, Carito." - decía uno de los chicos.

"Sí, dale, no le hagas drama" - decía otro.

Carito sintió que debía hacer más que solo hablar. Así que al día siguiente, durante el recreo, se acercó a Joaquín, que estaba solo en una esquina.

"Hola, Joaquín. ¿Puedo sentarme contigo?" - le preguntó Carito.

"Claro, Carito. ¿No estás con tus amigos?" - respondió Joaquín, un poco sorprendido.

"Lo que pasa es que creo que necesitamos hacer algo respecto a lo que pasó. No debería ser así. ¿Por qué no hacemos una asamblea en nuestra aula y charlamos con la maestra?" - propuso Carito.

Joaquín levantó la mirada y sonrió levemente. "Eso sería increíble. A veces parece que nadie se importa..." - dijo.

Así que esa tarde, Carito y Joaquín se juntaron con algunos amigos y prepararon una presentación para hablar en clase. Llegó el momento y el aula estaba llena de murmullos. Carito se puso de pie, un poco nerviosa, pero decidió que era hora de actuar.

"Hola a todos. Venimos a hablar sobre algo importante. El ciberbullying no es una broma y lo que hacemos en nuestras redes sociales puede afectar a otros." - comenzó Carito, mirando a sus compañeros.

Joaquín, que estaba al lado de ella, se armó de valor y agregó: "No me siento bien cuando me insultan. Todos somos diferentes y eso es lo que nos hace únicos. No deberíamos reírnos de los demás, sino apoyarnos."

Algunos compañeros comenzaron a murmurar y otros se dieron cuenta de que lo que habían hecho no estaba bien.

"Entendemos, Joaquín. No fue nuestra intención hacerte sentir así" - dijo uno de los chicos más grandes, con sinceridad.

"Quizás podamos hacer un compromiso. ¿Qué tal si formamos un grupo que promueva la amabilidad en redes sociales?" - sugirió otra compañera.

El aula se llenó de ideas. Pronto, los alumnos decidieron que cada semana habría un momento para hablar sobre la importancia de cuidar a los demás, tanto en la vida real como en la pantalla.

Pasaron los días, y Joaquín comenzó a sentirse más seguro. La complicidad entre Carito y él creció, y juntos organizaron actividades en la escuela. Más compañeros se unieron a su causa y pronto se realizó una campaña contra el ciberbullying.

La historia de Joaquín inspiró cambios positivos. Las redes sociales de la escuela ahora estaban llenas de mensajes de aliento y apoyo. Carito y Joaquín se convirtieron en los embajadores de la amabilidad, y cada vez que alguien se comportaba mal, ellos estaban ahí para recordarle a todos que ser amable era la mejor elección.

Y así, en la escuela San Patricio, Carito y Joaquín demostraron que, juntos, podían hacer la diferencia, transformando el bullying en un mensaje de amistad y solidaridad.

Desde entonces, todos aprendieron a cuidar a los demás, recordando que en el mundo digital o físico, las palabras pueden construir puentes o crear muros, y ellos eligieron construir puentes.

FIN.

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