Juntos en las fiestas del pueblo



En un hermoso día de verano, la familia se preparaba para ir a las fiestas del pueblo. Pepe y Vera estaban emocionados porque sabían que iban a divertirse mucho en las atracciones.

Al llegar al lugar, Pepe tomó la mano de Vera y juntos corrieron hacia los juegos. Primero fueron al carrusel, donde Vera rió a carcajadas mientras daba vueltas junto a su hermano.

Luego, se subieron a los autos chocadores y compitieron para ver quién chocaba más veces. Después de probar varios juegos, llegaron a una montaña rusa. Pepe miró con entusiasmo la gran montaña rusa y le preguntó a Vera si quería subir. Ella asintió emocionada, confiando en su hermano mayor.

- ¡Qué emoción! ¡Vamos a subirnos! - exclamó Pepe mientras esperaban en la fila. - ¡Sí, sí! - respondió Vera con una sonrisa radiante.

Cuando les tocó el turno, Pepe ayudó a Vera a abrocharse el cinturón de seguridad y le dio un abrazo reconfortante antes de que comenzara el recorrido. La montaña rusa empezó lentamente pero luego tomó velocidad y altura.

A pesar de estar un poco asustada al principio, Vera se aferró fuerte a su hermano y pronto comenzó a disfrutar del paseo lleno de adrenalina. Al terminar la atracción, Vera tenía los ojos brillantes y una enorme sonrisa en su rostro. - ¡Fue increíble! - exclamó emocionada.

Pepe sonrió orgulloso y le dijo: "¡Lo hiciste genial, pequeña!"Después de tantas risas y diversión, llegó el momento de regresar a casa.

En el camino de vuelta, Vera estaba tan feliz que no paraba de contarle a sus padres lo valiente que había sido en la montaña rusa gracias al apoyo de su querido hermano Pepe. Esa noche, antes de dormir, Pepe le dio un beso en la frente a Vera y le dijo: "Siempre estaré aquí para cuidarte y protegerte".

Y juntos cerraron los ojos con una dulce sensación de amor fraternal que perduraría por siempre en sus corazones. Y así fue como Pepe enseñó a Vera que con amor, apoyo mutuo y valentía se pueden superar cualquier desafío juntos.

FIN.

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