Juntos por la seguridad emocional


Un día, mientras jugaban en el parque, Malena comenzó a correr hacia la calle sin fijarse si venía algún auto. Facundo se dio cuenta y rápidamente corrió tras ella para evitar que algo malo le sucediera.

- ¡Malena, detente! - gritó Facundo mientras corría detrás de ella. Pero Malena no lo escuchaba y seguía corriendo hacia la calle. Justo cuando estaba por cruzar, un auto pasó a toda velocidad y estuvo a punto de atropellarla.

Por suerte, Facundo logró agarrarla justo a tiempo y llevarla de vuelta al parque. - ¿Qué te pasa, Malena? No puedes correr así hacia la calle - le dijo Facundo preocupado.

- No me importa nada - respondió Malena con una actitud desafiante-. Yo hago lo que quiero. Facundo entendió que su hermana necesitaba ayuda y decidió hacer algo al respecto.

Habló con sus padres sobre cómo podían ayudar a Malena a cambiar su comportamiento y ellos decidieron llevarla con un especialista en psicología infantil. Durante las sesiones con el especialista, Malena aprendió técnicas para controlar sus emociones y comportarse mejor.

También descubrió que muchas veces su mal comportamiento era una forma de llamar la atención porque sentía que sus padres no le prestaban suficiente atención. Con el tiempo, gracias al amor y paciencia de su familia y especialmente de Facundo, Malena comenzó a cambiar.

Ya no era tan mal portada como antes e incluso había mejorado mucho en la escuela. Un día en el parque, mientras jugaban juntos otra vez, Malena se acercó a Facundo y le dijo:- Gracias por cuidarme siempre, hermanito. Eres el mejor. Facundo sonrió feliz y abrazó a su hermana.

- Siempre estaré aquí para ti, Malena. Te quiero mucho - le respondió con amor. Desde ese día, Malena aprendió que podía contar con su familia y especialmente con su querido hermano Facundo para cualquier cosa que necesitara.

Y Facundo se sintió muy orgulloso de haber ayudado a su hermana a convertirse en una niña más feliz y segura de sí misma.

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