Juntos por los demás

Karen observaba con ternura a Lucas mientras jugaba en el parque. Estaba feliz de verlo reír y disfrutar de la tarde soleada. De repente, vio a un niño llorando en un rincón del parque.

Sin dudarlo, se acercó con Lucas en brazos para ver qué sucedía. - ¿Qué te pasa, amiguito? -preguntó Karen al niño lloroso. El niño le contó que se había caído y se había lastimado la rodilla.

Karen lo tranquilizó y le curó la herida con un pañuelo limpio que tenía en su bolso. El niño se calmó y agradeció a Karen con una sonrisa. - Ves, Lucas, siempre es importante ayudar a quienes lo necesitan.

A veces basta con una pequeña acción para hacer feliz a alguien -le dijo Karen a su hijo mientras volvían al área de juegos. Lucas asintió con curiosidad, como si estuviera procesando la lección que acababa de presenciar.

Mientras tanto, un grupo de niños estaba intentando construir una torre alta con bloques de colores. Uno de los niños estaba frustrado porque no lograban que la torre se mantuviera en pie. Karen notó la situación y se acercó al grupo de niños.

- ¿Necesitan ayuda para construir esa torre? -preguntó amablemente. Los niños asintieron emocionados, y Karen se sentó junto a ellos para mostrarles cómo podían distribuir los bloques para que la torre fuera más estable.

Poco a poco, la torre fue tomando forma y finalmente lograron construirla juntos. - ¡Lo logramos! ¡Gracias por tu ayuda! -exclamaron los niños felices. Karen sonrió satisfecha y miró a Lucas, quien observaba atentamente toda la escena.

- A veces es bueno colaborar con los demás y trabajar en equipo para lograr grandes cosas, ¿no crees? -le dijo Karen orgullosa a su hijo. Lucas rió emocionado como si estuviera de acuerdo con lo que acababa de presenciar.

Era evidente que estaba aprendiendo valiosas lecciones aquella tarde en el parque gracias a su madre Karen.

La tarde llegaba a su fin, y Karen sabía que aquel día no solo había sido especial por el tiempo compartido junto a Lucas en el parque, sino también por las importantes lecciones de vida que había tenido la oportunidad de enseñarle a su hijo. Juntos emprendieron el camino de regreso a casa, llenos de amor y complicidad.