Kami y las macetas ecológicas


Había una vez en un colegio muy especial llamado "Colegio de la Calma", donde reinaba la convivencia y el respeto entre todos los compañeros.

En este colegio, había un niño llamado Kami, quien se destacaba por su amabilidad y buen trato hacia los demás. Un día, Kami llegó al colegio emocionado porque se iba a realizar una feria de ciencias.

Todos los alumnos estaban entusiasmados por presentar sus proyectos, pero Kami tenía un problema: no sabía qué proyecto hacer. Kami decidió pedir ayuda a sus compañeros para encontrar una idea.

Se acercó a su amiga Sofía y le preguntó:- Sofía, ¿tienes alguna idea para mi proyecto de la feria? Sofía pensó por un momento y dijo:- Podrías hacer algo relacionado con las plantas. A mí me encanta cuidarlas y aprender sobre ellas. Kami sonrió y agradeció a Sofía por su sugerencia. Luego decidió hablar con Juan, otro compañero del colegio.

- Juan, necesito tu ayuda para encontrar una idea para mi proyecto de la feria -le dijo Kami. Juan reflexionó unos segundos y respondió:- ¡Podrías hacer algo sobre reciclaje! Es importante cuidar el planeta y aprender cómo podemos reutilizar materiales.

Kami quedó fascinado con esa idea también e inmediatamente empezó a investigar sobre plantas y reciclaje en la biblioteca del colegio.

Después de leer varios libros interesantes, se dio cuenta de que podía combinar ambas ideas en un solo proyecto: crear macetas hechas con material reciclable para cultivar plantas. Con mucho entusiasmo, Kami comenzó a recolectar botellas de plástico vacías y cartones desechados.

Luego, con la ayuda de sus compañeros, cortaron las botellas en forma de macetas y forraron los cartones para darles un aspecto más bonito. El día de la feria llegó y todos los alumnos mostraron sus proyectos con orgullo. Kami presentó su idea de macetas reciclables y explicó cómo podían ayudar al medio ambiente.

Los jueces quedaron impresionados con el proyecto creativo y educativo de Kami. Decidieron otorgarle el primer premio por su esfuerzo, dedicación y conciencia ambiental.

Kami estaba muy contento por haber ganado, pero lo que le alegraba aún más era ver cómo su proyecto había inspirado a otros compañeros a cuidar del planeta y ser más amigables con el medio ambiente. Desde ese día, en el Colegio de la Calma se implementaron talleres sobre reciclaje y cuidado del medio ambiente.

Los alumnos aprendieron la importancia de trabajar juntos para mejorar el mundo en el que vivimos.

Kami se convirtió en un ejemplo para todos los niños del colegio, demostrando que la convivencia pacífica, el respeto hacia los demás y la iniciativa pueden lograr grandes cambios positivos en nuestra sociedad. Y así fue como Kami descubrió que no importa cuán pequeños seamos, siempre podemos hacer una diferencia si trabajamos juntos con calma y respeto hacia nuestros compañeros.

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