Kamila y el Parque de los Amigos Verdes



Había una vez en la ciudad de Villa Esperanza un parque infantil muy especial.

Este no era un parque común y corriente, ¡no! Era un parque sostenible, inclusivo y lleno de magia donde todos los niños y niñas podían jugar y divertirse juntos. Kamila, una niña curiosa y con muchas ganas de hacer amigos, se mudó recientemente a Villa Esperanza con sus padres.

Al llegar, sus vecinos le hablaron maravillas del parque infantil de la localidad, así que Kamila decidió ir a conocerlo. Al entrar al parque, Kamila quedó asombrada por lo que vio. Había juegos hechos con materiales reciclados, como neumáticos pintados de colores y columpios hechos con madera reutilizada.

Todo estaba rodeado de plantas y árboles que le daban al lugar un aire fresco y natural. Kamila se acercó a un grupo de niños que estaban jugando en un arenero gigante. Eran Mateo, Lucas y Valentina, tres amigos que la recibieron con entusiasmo.

-¡Hola! ¿Cómo te llamas? -preguntó Lucas con una sonrisa. -Yo soy Kamila. Acabo de mudarme a Villa Esperanza -respondió ella tímidamente. -¡Qué bueno tenerte aquí! ¿Quieres jugar con nosotros? -invitó Valentina extendiéndole la mano.

Desde ese momento, Kamila se sintió parte del grupo. Jugaron juntos a las escondidas, se balancearon en los columpios y construyeron castillos de arena en el arenero. Cada juego era una nueva aventura llena de risas y compañerismo.

Pero lo más increíble del parque era su torre mirador. Desde lo alto se podía ver toda la ciudad e incluso el mar en el horizonte.

Todos los días al atardecer, los niños subían a la torre para disfrutar juntos del hermoso paisaje mientras compartían meriendas preparadas con alimentos orgánicos cultivados en el huerto comunitario del parque.

Una tarde, mientras observaban el atardecer desde lo alto de la torre mirador, Mateo dijo: -¿Saben qué? En este parque todos somos amigos sin importar nuestras diferencias. Aquí nos respetamos y cuidamos juntos nuestro hogar: la Tierra.

Y así fue como Kamila encontró en el parque infantil sostenible no solo nuevos amigos sino también aprendizajes valiosos sobre el cuidado del medio ambiente y la importancia de ser inclusivos con todos quienes cruzan nuestro camino. Desde entonces, Kamila visitaba el parque todos los días junto a sus amigos para seguir explorando juntos ese lugar mágico donde la amistad florecía como las flores en primavera.

Y es que en el Parque Infantil Sostenible de Villa Esperanza siempre había espacio para más risas, juegos y corazones abiertos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!