Katalina y el hada valiente
Katalina era una niña muy curiosa, le encantaba explorar y descubrir cosas nuevas. Un día, mientras jugaba en el jardín de su casa, se encontró con un bichito muy peculiar.
Era pequeño y verde, pero tenía unas alas brillantes que lo hacían parecer mágico. - Hola pequeñito -dijo Katalina acercándose al bichito-. ¿Quién eres? - Soy un hada de los bosques -respondió el bichito con una voz dulce y melodiosa-.
¿Quieres jugar conmigo? Katalina no podía creer lo que estaba escuchando. ¡Un hada! Ella siempre había soñado con conocer criaturas mágicas como las que veía en sus cuentos favoritos. - ¡Sí! Me encantaría jugar contigo -dijo emocionada la niña.
El hada extendió sus alas y Katalina subió sobre su espalda. Juntos volaron hacia el bosque cercano donde vivían muchos otros seres mágicos como duendes, unicornios y dragones.
- ¡Mira! Allí está mi amigo Tomás el duende -señaló el hada a un pequeño ser animal que trabajaba en su huerto. Tomás saludó alegremente a Katalina y le ofreció probar algunas frutas deliciosas recién cosechadas. La niña estaba maravillada por todo lo que veía a su alrededor.
De repente, un ruido fuerte interrumpió la armonía del lugar. Un grupo de trolls malvados habían invadido el bosque y estaban causando estragos por todas partes. - ¡Oh no! -exclamó el hada-. Tenemos que hacer algo para detenerlos.
Katalina y sus amigos mágicos se unieron para luchar contra los trolls. Con su ingenio y habilidades, lograron vencerlos uno por uno hasta que finalmente huyeron del bosque. - ¡Lo logramos! -dijo Katalina emocionada-.
¡Somos un gran equipo! El hada sonrió feliz y le dio las gracias a la niña por ayudarles a proteger su hogar. A partir de ese día, Katalina visitaba regularmente el mundo mágico y aprendía más sobre la importancia de trabajar juntos para enfrentar cualquier desafío.
Y así, Katalina aprendió que en la vida siempre habrá obstáculos difíciles de superar, pero con confianza en sí misma y una actitud positiva, podía enfrentar cualquier problema. Y lo mejor de todo es que tenía amigos mágicos dispuestos a ayudarla en todo momento.
FIN.