Katrina y la Misión de la Basura
En una soleada mañana en Tarija, una niña llamada Sofía salió a pasear con su perrita Katrina. Katrina era una pequeña mezcla de razas, llena de energía y alegría, siempre lista para correr y jugar.
"Vamos, Katrina, hoy vamos a descubrir nuevos lugares!" - dijo Sofía emocionada.
Mientras paseaban, Sofía y Katrina disfrutaban del canto de los pájaros y de las sonrisas de los vecinos. Sin embargo, en su camino, el pavimento estaba lleno de basura por doquier.
"¿Por qué la gente tira basura en la calle?" - se preguntó Sofía, frunciendo el ceño.
De repente, Katrina, mientras intentaba atrapar una hoja movida por el viento, corrió hacia un costado y se cortó la patita con un pedazo de vidrio que alguien había dejado tirado.
"¡Katrina! ¡Nooo!" - gritó Sofía, corriendo hacia su amiga.
La perrita gimió de dolor, y Sofía, con lágrimas en los ojos, la levantó con cariño. Sin dudarlo, se dirigió al veterinario más cercano. Cuando llegaron, Sofía explicó la situación mientras acariciaba a Katrina.
"¡Por favor! Necesito ayuda, pero no tengo dinero para pagar" - decía, desesperada.
El veterinario, un hombre amable de cabello canoso, se acercó a Sofía y a Katrina.
"No te preocupes, pequeña. Haremos todo lo posible por ayudar a tu amiga. Pero necesitamos que, a cambio, tú nos ayudes a mostrarle a la gente cuán importante es cuidar de nuestras calles y mascotas" - dijo el veterinario.
Sofía, sorprendida, asintió con la cabeza.
"Está bien, lo haré. Prometo ayudar a cuidar nuestra ciudad y a todos los animales que lo necesiten" - respondió con determinación.
Mientras el veterinario comenzaba a curar a Katrina, Sofía pensaba en un plan. Sabía que debía hacer algo para cambiar la forma en que la gente trataba el entorno. Así que, al día siguiente, reunió a varios amigos de la escuela y organizaron una campaña de limpieza en el parque del barrio.
"Chicos, si todos juntamos la basura y hablamos con los vecinos, podremos hacer una gran diferencia" - les explicó Sofía. Todos se entusiasmaron con la idea.
Con bolsas en mano, los niños se pusieron a recoger basura del parque. Cada vez que llenaban una bolsa, reían y compartían historias.
"¡Mirá cuánta basura hay!" - exclamó uno de sus amigos.
"Es increíble. Nunca pensé que había tanto" - dijo otro, sorprendido.
Al final del día, lograron llenar varias bolsas y se sentían orgullosos. No solo el parque se veía mucho mejor, sino que algunos vecinos se unieron a ellos y comenzaron a entender la importancia de mantener su entorno limpio.
Cuando Sofía regresó al veterinario, vio a Katrina ya recuperada, saltando y moviendo su colita. El veterinario sonrió.
"Gracias a tu esfuerzo, ahora no solo has ayudado a tu perra, sino que también has inspirado a muchos a cuidar nuestra ciudad" - le dijo.
Sofía sonrió, sintiéndose feliz y cumplida.
"Katrina, vamos a seguir cuidando las calles y a nuestros amigos animals. Somos un equipo" - le dijo mientras abrazaba a su perrita.
Y así, Sofía y Katrina continuaron su jornada, no solo como una niña y su mascota, sino como defensoras de un Tarija más limpio y amigable para todos. Juntas, demostraron que con esfuerzo y comunidad, podían hacer una gran diferencia. En cada paseo, no solo recogían basura, sino que también hablaban con otros niños y adultos sobre la importancia de cuidar el planeta.
Desde aquel día, la ciudad comenzó a verse más limpia y Sofía se convirtió en una pequeña heroína del cuidado del medio ambiente, llevando la misión de siempre recordar a todos sobre la importancia de no tirar basura y cuidar de sus mascotas, haciendo de TARJA una ciudad más amable y hermosa.
Y así, el amor y la determinación de una niña y su perrita cambiaron no solo su vida, sino también la de toda su comunidad.
FIN.