Keila, la niña curiosa



Keila era una niña de 6 años muy introvertida, pero a la vez muy curiosa. Le encantaba contar cuentos y hablaba mucho, pero solo con las personas en quienes realmente confiaba. Un día, mientras paseaba por el parque, encontró un libro antiguo de cuentos con una portada brillante y misteriosa. Decidió llevárselo a casa para investigar.

Al abrir el libro, descubrió que las páginas estaban en blanco, pero al tocarlas con su dedo, las palabras comenzaron a aparecer ante sus ojos. Sorprendida, Keila empezó a leer en voz alta y mágicamente los cuentos cobraban vida en su habitación.

- ¡Increíble! -exclamó Keila asombrada-. ¡Estos cuentos son asombrosos!

Esa noche, Keila decidió compartir los cuentos con sus amigos y familia. Les contó sobre el libro mágico y les leyó historias que los transportaron a mundos llenos de fantasía y aventuras. Todos quedaron fascinados con su talento para narrar.

Poco a poco, Keila fue perdiendo su timidez y se convirtió en una niña segura de sí misma. Su habilidad para contar cuentos la llevó a participar en concursos escolares y a ser reconocida como la pequeña narradora más talentosa de su escuela.

A medida que crecía, Keila compartía su amor por la lectura y la narración con otros niños, motivándolos a explorar su imaginación y creatividad. Descubrió que a través de los cuentos podía enseñar valiosas lecciones sobre amistad, valentía y superación, inspirando a los demás a seguir sus sueños.

Y así, Keila, la niña curiosa, siguió contando cuentos, llevando alegría a todos los que la escuchaban, y demostrando que a veces la magia se encuentra en las palabras que salen del corazón.

FIN.

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