Kelsy y la Misión de Amor
Había una vez una niña llamada Kelsy, quien vivía en un pequeño pueblo rodeado de hermosos campos y montañas. Un día, mientras jugaba cerca del bosque, una malvada bruja apareció de la nada y raptó a su papá.
La niña quedó desesperada y no sabía qué hacer. Kelsy, con lágrimas en los ojos, se arrodilló y pidió ayuda a Jesús: "Jesús, por favor ayúdame a encontrar a mi papá. No sé qué hacer sin él".
En ese momento mágico, Jesús escuchó sus súplicas y decidió acompañarla en su búsqueda. Así comenzaron su aventura juntos. Caminaron por el bosque oscuro siguiendo las huellas dejadas por la bruja.
Mientras recorrían el camino incierto, encontraron algunas criaturas amigables que les brindaron pistas útiles para encontrar la casa de la bruja. Finalmente llegaron a un claro donde se alzaba una casa siniestra rodeada de árboles retorcidos.
Kelsy temblaba de miedo pero Jesús le dio fuerzas diciéndole: "No te preocupes Kelsy, estoy aquí contigo. Juntos enfrentaremos cualquier peligro". Decidieron entrar valientemente a la casa de la bruja para rescatar al papá de Kelsy. Al ingresar, fueron recibidos por un ambiente oscuro y lleno de telarañas gigantes.
De repente escucharon una risa malévola que provenía del sótano. Bajando las escaleras con cautela, descubrieron a la bruja en su caldero mágico, preparando una poción para mantener prisionero al papá de Kelsy por siempre.
Sin perder tiempo, Jesús y Kelsy idearon un plan para distraer a la bruja. Jesús comenzó a hacer trucos de magia mientras Kelsy se acercaba sigilosamente al caldero.
En ese momento, ella lanzó una piedra hacia el techo, haciendo que caiga justo en el caldero y arruinando la poción. La bruja enfurecida intentó atraparlos con sus hechizos, pero Jesús le hizo frente con su poder divino.
Con un solo movimiento de su mano, logró encerrar a la bruja en un círculo de luz protectora. Kelsy corrió hacia su papá y lo abrazó fuertemente. Todos estaban felices de estar juntos nuevamente y agradecieron a Jesús por haberlos ayudado.
Desde ese día, Kelsy aprendió que nunca debe tener miedo cuando enfrenta dificultades porque siempre tendrá valientes aliados dispuestos a ayudarla. Aprendió también que la fuerza del amor y la amistad puede superar cualquier obstáculo. Y así, regresaron al pueblo donde fueron recibidos con alegría y celebraciones.
La historia de cómo Kelsy rescató a su papá se convirtió en leyenda y todos los niños del lugar aprendieron que nunca deben darse por vencidos cuando enfrentan desafíos difíciles. Y colorín colorado, esta historia llena de valentía y amistad ha terminado.
FIN.