Kevin y Romeo en el Colegio de Kerani



Era un día soleado en el colegio de Kerani. Los chicos estaban emocionados porque era el primer día de clases después de las vacaciones. Kevin, un niño curioso y un poco torpe, llegó corriendo al colegio, mientras que su mejor amigo, Romeo, lo seguía de cerca.

"¡Kevin, espera!" - gritó Romeo, tratando de alcanzarlo.

"¡Vamos, Romeo! No podemos llegar tarde, la clase de arte comienza pronto!" - respondió Kevin con una sonrisa en su rostro.

Al llegar al aula, la maestra, la Señorita Clarita, les dio la bienvenida a todos sus alumnos.

"Hoy, vamos a crear algo especial. Tendremos un concurso de arte donde cada uno podrá expresar su creatividad. ¡El ganador tendrá una semana de privilegios!" - anunció la maestra emocionada.

Los ojos de Kevin y Romeo brillaron al escuchar la noticia.

"¡Esto es genial!" - exclamó Romeo. "Siempre quise ganar un concurso de arte."

"Yo también, pero no soy tan bueno dibujando como vos, Romeo." - respondió Kevin, un poco inseguro.

Sin embargo, a lo largo de esa semana, los amigos trabajaron juntos. Se sentaron cada día en un rincón del patio a practicar. Kevin quería hacer un mural inspirado en la naturaleza, mientras que Romeo soñaba con pintar un dragón gigante.

Un día, mientras pintaban, Kevin se sintió frustrado.

"No puedo hacer esto... nunca será tan bueno como lo que imagino." - dijo, un poco triste.

"No te rindas, Kevin. La práctica hace al maestro. Lo importante es divertirse mientras creamos." - animó Romeo.

Ese sábado, llegaron a la final del concurso. Había mucha gente mirando, y todos estaban emocionados de ver las obras. La maestra Clarita invitó a los jurados, que eran varios artistas locales.

Los amigos lucían un poco nerviosos pero decididos. Cuando llegó el turno de presentar su mural, Kevin y Romeo subieron al escenario.

Kevin tomó aire y comenzó a explicarle a todos su inspiración.

"Este mural representa la amistad y la conexión que tenemos con la naturaleza. A veces, solo hay que mirar con atención para ver lo hermoso que nos rodea."

El público aplaudió, y Kevin sonrió. Luego fue el turno de Romeo.

"Mi dragón simboliza la valentía, porque siempre hay que ser valiente cuando seguimos nuestros sueños." - dijo con firmeza.

El jurado deliberó, y después de un rato, la Srta. Clarita anunció al ganador.

"La obra que nos tocó el corazón y que representa el trabajo en equipo y la creatividad es... ¡el mural de Kevin y Romeo!"

Ambos se miraron con sorpresa.

"¿Lo logramos?" - murmuró Kevin, aún incrédulo.

"¡Sí! ¡Lo hicimos!" - gritó Romeo, abrazándolo.

"No hubiera podido sin tu apoyo, Romeo. Juntos somos un gran equipo."

La semana de privilegios fue maravillosa para los chicos. Usaron su tiempo libre para enseñar a otros a pintar y a disfrutar de la creatividad.

Al final del día, ambos aprendieron algo invaluable: que la amistad y la colaboración pueden llevarnos a alcanzar grandes logros.

"¿Qué vamos a hacer el año que viene, Romeo?" - preguntó Kevin, mientras caminaban a casa.

"¡Crear un nuevo proyecto aún más grande!" - respondió con una sonrisa.

Y así, los dos amigos continuaron creando juntos, soñando y compartiendo su pasión por el arte en el colegio de Kerani.

FIN.

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