Kiara y el Derecho a Ser Ciudadana Digital
En un pequeño barrio de Buenos Aires, vivía una niña llamada Kiara. A sus diez años, era una entusiasta de la tecnología y pasaba horas chateando con sus amigos en Facebook. Un día, mientras navegaba por el sitio, se encontró con una publicación que decía: "¡Los menores de edad también tienen derechos en el mundo digital!" Intrigada, Kiara decidió investigar más sobre el tema.
"Mamá, ¿sabías que también tenemos derechos cuando navegamos por internet?" - preguntó Kiara emocionada.
"No mucho, querida. Pero suena muy interesante. Quizás deberías hablar con tu tío, el Capitán de Policía, él sabe sobre esas cosas" - respondió su mamá.
Así fue como Kiara decidió visitar la comisaría donde trabajaba su tío, un afable Capitán de Policía llamado Martín.
Cuando llegó a la comisaría, Kiara vio a su tío hablando con un grupo de oficiales. Se acercó rápidamente.
"¡Tío Martín!" - exclamó ella.
"¡Kiara! ¡Qué alegría verte!" - dijo el Capitán, dándole un fuerte abrazo. "¿Qué te trae por aquí?"
"Quiero aprender sobre los derechos en el mundo digital. Leí sobre eso en Facebook y me parece muy importante" - contestó Kiara.
El Capitán sonrió y le dijo: "¡Eso es genial, Kiara! Nuestros derechos en internet son tan importantes como nuestros derechos en la vida real. Te voy a contar sobre ellos."
Kiara se sentó y escuchó atentamente mientras su tío le explicaba. Le habló sobre la importancia de la privacidad, el respeto y la seguridad en línea.
"Hay que recordar siempre no compartir información personal sin pensarlo bien. También tenemos el derecho de reportar cualquier comportamiento que no nos guste" - explicó Martín.
"¡Qué interesante! ¿Pero cómo hacemos eso?" - preguntó Kiara.
"Podemos hablar con un adulto de confianza, o incluso hablar con la policía si es algo serio" - respondió el Capitán.
Kiara se fue a casa emocionada, decidida a hacer una publicación en su Facebook sobre sus derechos como ciudadana digital. Quería que sus amigos supieran cómo navegar de manera segura.
Al día siguiente, Kiara publicó:
"¡Hola amigos! Recuerden que también tenemos derechos en Internet. No debemos compartir información privada y siempre hay que avisar a un adulto si algo nos incomoda. ¡Cuidémonos entre todos!"
La publicación tuvo muchas reacciones. Sus amigos agradecieron a Kiara por la información y algunos incluso compartieron la publicación con más amigos.
Pero al tercer día, Kiara recibió un mensaje privado de un desconocido. El mensaje decía: "Hola, tengo un secreto para vos. Si querés saberlo, dame tu número de teléfono."
Kiara sintió que algo no estaba bien. Recordó lo que su tío le había explicado.
"No debo compartir información personal. Esto no se siente bien" - pensó. Inmediatamente, decidió contarle a su mamá y al Capitán Martín.
"Tío, recibí un mensaje extraño. No sé si contestar" - le dijo Kiara, mostrando el mensaje.
"Hiciste lo correcto al no responder. Vamos a investigar de dónde viene y cómo podemos ayudar a otras personas en situaciones parecidas" - respondió el Capitán.
Juntos, Kiara y su tío hablaron con la Policía sobre el asunto. El Capitán les explicó a sus compañeros lo que había pasado y pudieron alertar a otros niños en la comunidad sobre el peligro de los desconocidos en el mundo digital.
"Te felicito, Kiara. Gracias por tener el valor de decir algo a tiempo. Estás haciendo una gran diferencia" - le dijo Martín.
Kiara se sintió orgullosa. A partir de ese día, se convirtió en una pequeña defensora de los derechos digitales entre sus amigos. Se organizó una charla en la escuela sobre cómo navegar por internet de forma segura, y ella fue la encargada de darla.
"¡Chicos! Recuerden que nuestros derechos en internet son importantes. Juntos, podemos hacer de este un espacio seguro para todos" - dijo Kiara frente a sus compañeros.
Con su valentía y determinación, no solo se convirtió en una ciudadana digital responsable, sino que inspiró también a otros a protegerse y hacerse valer. Kiara aprendió que, aunque el mundo digital puede ser complicado, siempre es mejor navegarlo con información y acompañados de quienes nos quieren.
Desde aquel día, Kiara no solo disfrutó de su tiempo en línea, sino que también se sintió orgullosa de ser parte de un cambio positivo en su comunidad.
FIN.