Kilian y Kiana en la Era de las Cavernas
Era una hermosa tarde en Buenos Aires, cuando Kilian y Kiana, dos hermanos curiosos, decidieron aventurarse al antiguo desván de su abuela. Allí, encontraron una misteriosa máquina del tiempo cubierta de polvo.
"¿Qué crees que hará?" - preguntó Kiana, con los ojos brillantes de emoción.
"No lo sé, pero ¡vamos a probarla!" - respondió Kilian, presionando un par de botones que parecían resplandecer.
En un instante, un remolino de luces los envolvió y, al abrir los ojos, se encontraron en medio de una selva espesa y vibrante. Escucharon el sonido de hojas crujientes y el canto de pájaros. Mirándose unos a otros, se dieron cuenta de que habían viajado a la era de las cavernas.
"¡Increíble!" - exclamó Kiana, mirando a su alrededor. "Esto es como una película de aventuras. Pero, ¿dónde estamos exactamente?"
Antes de que Kilian pudiera responder, un grupo de niños de la era prehistórica se acercó a ellos, mirándolos con curiosidad.
"¿Quiénes son ustedes?" - preguntó uno de los niños, que se presentó como ‘Tarak’. "Nunca los he visto antes."
"Somos Kilian y Kiana, venimos de un lugar muy, muy lejano para aprender sobre formas geométricas. ¿Conoces los cuadrados, círculos y triángulos?" - dijo Kiana con entusiasmo.
"Formas?" - dijo Tarak, inclinando la cabeza. "¿Qué son eso?"
Kilian y Kiana entendieron que tenían un trabajo por delante. Decidieron que tendrían que enseñarles a los niños de la era prehistórica sobre estas formas.
"Primero, empecemos con el triángulo. ¿Sabés qué forma tiene?" - sugirió Kilian.
"Tal vez se parece a un pico, como los de la montaña. Podríamos encontrar uno cerca" - contestó Kiana.
Los niños prehistóricos se entusiasmaron con la idea. Juntos, fueron a buscar triángulos en la naturaleza. Encontraron un montón de rocas de formas triangulares y construyeron un pequeño refugio. Lo decoraron con hojas, y al final, se sentaron todos orgullosos ante su obra.
"¡Miren! ¡Nuestro refugio tiene triángulos!" - gritó Tarak.
"¡Genial! Ahora vamos por el círculo!" - propuso Kiana.
"Eso será fácil, los ríos son círculos. ¡Vayamos a buscar uno!" - respondió Kilian.
Los niños corrieron hacia un arroyo donde el agua formaba un círculo perfecto. Aprendieron que los círculos son suaves y que Rodean el inicio y el fin, como la luna en el cielo.
"¡El círculo nos hace recordar que todo vuelve!" - dijo uno de los niños, emocionado. "Como el ciclo del agua!"
Con cada forma que aprendían, los niños de la era de las cavernas eran más creativos. Pero cuando pensaron que todo había terminado, Tarak se acercó un poco preocupado.
"¿Pero, y el cuadrado? ¿Dónde lo podemos encontrar?"
Los hermanos se miraron y se dieron cuenta de que para encontrar un cuadrado debían salir del bosque y enfrentarse a una gran piedra plana en forma de cuadrado, pero había un desafío: había un río que debían cruzar.
"Necesitamos trabajar juntos para construir una balsa y llegar a la otra orilla¡" - sugirió Kiana.
"¡Sí!" - exclamó Kilian. Todos se pusieron a trabajar, recolectando troncos y atando lianas para formar una balsa. Con un esfuerzo conjunto, lograron construir una balsa que pudo llevarlos al otro lado del río.
Cuando llegaron a la orilla, allí estaba la gran piedra cuadrada.
"¡Miren!" - gritó Kilian mientras saltaba de alegría. "Este es el cuadrado. Es el símbolo de estabilidad y firmeza, como nuestra balsa."
Todos los niños comenzaron a bailar alrededor de la piedra, celebrando su nuevo conocimiento y la amistad que habían construido. Kilian y Kiana se sintieron felices de haber compartido su aprendizaje.
"Gracias, amigos. Ahora podemos siempre recordar que las formas están en todo lo que nos rodea" - dijo Kiana.
De repente, la máquina del tiempo comenzó a parpadear. Kilian y Kiana sintieron una suave brisa.
"Creo que es hora de regresar a casa" - dijo Kilian.
"¡Gracias, Tarak y amigos!" - gritaron mientras la luz los envolvía de nuevo.
Al llegar a casa, Kilian y Kiana se miraron y se dieron cuenta de que habían aprendido no solo sobre formas, sino también sobre la amistad y el trabajo en equipo.
"Vamos a seguir explorando, Kiana. ¿Qué te parece una aventura en la antigua Grecia el próximo fin de semana?" - propuso Kilian con una sonrisa.
"¡Sí! Pero primero, hagamos dibujos de triángulos, círculos y cuadrados para recordar nuestra aventura."
Juntos, comenzaron a dibujar, contentos de tener la oportunidad de aprender y compartir con otros, sin importar cuán diferentes fueran.
Y así, con la aventura en la era de las cavernas, Kilian y Kiana se dieron cuenta de que el conocimiento y las amistades trascienden el tiempo y el espacio, llenando sus vidas de color y forma.
FIN.